Bajo mi rama

Nos canta Pedro Guerra en una de sus joyas, ‘Extranjeros’, que “Están por ahí llegaron de allá / sacados de luz ahogados en dos / vinieron aquí salvando la sal / rezándole al mar perdidos de Dios.” Pensemos en qué condiciones pueden encontrarse para arriesgar tanto; por eso siguen intentando llegar aquí en busca, no ya de un fututo mejor sino, de al menos un presente, los últimos fueron ayer en el Mar de Alborán; entre las dos pateras, 82 migrantes y tres fallecidos. Mientras, nos ocupamos estos días del Dios carnal, y el alcalde de la capital y los suyos se visten de mala murga para reírse de nosotros. Por ejemplo, llevando a pleno debates que no proceden como la prisión permanente revisable, con la que el PP trata de recuperarse en las encuestas, que no es más que una cadena perpetua encubierta. Bien podrían disfrazarse de empresa de servicios y salir a los barrios, donde urgen actuaciones en árboles con plagas, hundimiento de calles nuevas, jardines, plazas y solares con acumulación de desechos a espuertas,… Por otro lado, igual es mucho pedir una partida en presupuestos para ayudar en la dignidad, desarrollo e integración de la “Gente que mueve su casa”, como canta Guerra; un dato, en Subvenciones a Asociaciones con carácter social sin ánimo de lucro del año pasado, se concedieron 0 euros vinculados a la migración. Siempre habrá un concejal como Miguel A. Castellón que le de la vuelta a la historia para argumentar porqué no se ocupan de la migración, total, ha sido capaz de comparar la masacre de los bombardeos a cargo del Crucero Canarias con Dolores Ibárruri (la Pasionaria) para justificar el quitar sus nombres en sendas calles; ¡que arte carnavalesco!
Aprovechemos el carnaval para la sátira, la desinhibición y el humor, pero también para la protesta y ponernos la piel de migrante, y cantar esta otra de Guerra “Contamíname, mézclate conmigo, / que bajo mi rama tendrás amigo.”