Parece que esto va a mejor...

Pedro Calvo Hernando
00:30 • 27 jun. 2018

Los primeros pasos del Gobierno de Pedro Sánchez atienden en doble perspectiva a la recuperación de las oportunidades y del tiempo perdidos desde la crisis que asoló a España a partir de la segunda legislatura de Rodríguez Zapatero. El acuerdo salarial entre patronal y sindicatos señala el camino a seguir en el terreno social y económico interior y la actividad diplomática desplegada por el presidente Sánchez trata de recuperar el lugar perdido por España en el escenario europeo e internacional durante la legislatura y media que había protagonizado Mariano Rajoy. Y las elecciones internas del PP en busca de su sustituto pretenden introducir un importante cambio en el funcionamiento del partido de la derecha recién desplazado del poder. 


El drama de las migraciones y los atisbos de recuperación del diálogo entre el soberanismo catalán y el Estado español son capítulos muy importantes que también llenan estos días y semanas la actualidad de este nuevo tiempo de España, tiempo en el que se lucha por la búsqueda de soluciones más reales a los grandes problemas internos y externos que protagonizan la cadencia hacia las grandes transformaciones. 


Es muy pronto todavía, pero ya se atisban indicios de transformaciones de gran importancia en el panorama interior y exterior. Incluso queda tiempo para reflexiones sobre detalles que no deben pasar desapercibidos en esta nueva era que se vislumbra. Por ejemplo, en el lado del Gobierno, el conocimiento por el presidente Sánchez de la lengua inglesa, principal instrumento para el entendimiento. Un dato que no se encuentra fácilmente en los anteriores presidentes de la democracia, a excepción de los esfuerzos de Aznar por superar el escollo. Y en el lado de la oposición, el mejor candidato a la sucesión de Rajoy me parece José Manuel García Margallo, distinto a todos los demás candidatos y que sería la mejor opción para el PP, al que ayudaría muchísimo a salir de la mediocridad y de la naftalina. Margallo ha sido siempre un hombre muy distinto, del que siempre me asombró su pertenencia a un partido con el que tenía muy poquito que ver... 



Pero no quiero que se me escape la alusión a la marcha positiva de las relaciones entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y sus respectivos universos políticos. Se ve que los dos están deseosos y dispuestos para no repetir errores de los años anteriores en sus relaciones. Lo que pasa entre ellos permite atisbar un nuevo tiempo para la izquierda en este país, que puede fructificar en una relación más cordial y más inteligente de lo que fue hasta ahora. 





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