Cerrar quirófanos y abrir tumbas

El llamado “Plan Verano”, que el Servicio Andaluz de Sanidad aplicará en Almería durante las próximas semanas, reducirá al menos en 122 el número de camas disponibles en los hospitales de la provincia y también recortará a la mitad el funcionamiento de los quirófanos en Torrecárdenas y La Inmaculada, en Huércal-Overa. Excelente, ¿verdad? Pues aún hay más, porque falta por concretar el número de camas que se cerrarán en el Hospital de Poniente, en donde también dejarán de utilizarse quirófanos hasta el próximo mes de octubre, tal como acaba de denunciar el sindicato sanitario SATSE. La presidenta Susana Díaz suele hablar de “la joya de la corona” cada vez que se refiere al sistema sanitario que gestiona, define y controla la Junta de Andalucía y, francamente, si no fuera por la dedicación y la enorme capacidad de trabajo de los profesionales  de los distintos centros, no sé de qué corona o de qué tesoro estaríamos hablando. Yo no soy médico, pero me atrevería a recomendarles que no se pongan malos este verano, porque el panorama que dibuja el sindicato no parece encajar bien en la bisutería expresiva que nos intenta colocar siempre la Junta, con ese lenguaje ingrávido y sutil que inventa el término “reserva de camas” para explicar el cierre de un ala hospitalaria o la clausura de un quirófano, porque los profesionales se tienen que ir de vacaciones y el SAS parece llevar cocodrilos en el bolsillo cuando le hablan de nuevas contrataciones. Y todo, faltaría más, por culpa de esa fastidiosa manía del personal sanitario a cobrar por su trabajo. Siempre me he preguntado qué no dirían y harían en el PSOE si toda esta prestidigitación administrativa no llevara el marchamo del acierto permanente que decreta la Junta. Me temo que los responsables sanitarios serían acusados de poco menos que genocidio. Pero no debemos preocuparnos: van a desenterrar a Franco y con eso las cosas van a mejorar muchísimo. Cerrar quirófanos y abrir tumbas es la nueva conjugación del futuro perfecto.