Una de libros, de la feria

Moisés S. Palmero Aranda
22:51 • 18 feb. 2019 / actualizado a las 17:23 • 19 feb. 2019

Uno de mis profesores en la Universidad decía que no solo hay que parecer un buen profesional, sino que hay que serlo. Reflexión que él adaptó de la archiconocida frase, que Julio Cesar acuñó cuando un nutrido grupo de matronas le pidió la revocatoria de su divorcio: “La mujer del César no solo debe ser honrada; sino también parecerlo”. Si me he acordado de mi profesor, y del insigne romano, es porque nos ha llegado un correo para realizar propuestas de actividades para la Feria del Libro de Almería. Esa hoja, nos llega sin membrete y sin apenas formato ninguno. Al verla he pensado que si queremos una Feria seria, no solo tiene que serlo, sino también parecerlo. 


Ese formulario ha sido la última gota que ha colmado un vaso que empezó a llenarse hace un par de semanas, cuando lo único que había cerrado, la fecha de realización, se puso en duda. Apenas tres meses antes de realizar la Feria les asalta la incógnita de si es bueno que dure siete o diez días. Podemos adjetivarla de muchas maneras, pero de seria, me parece a mí que no. 


Las actividades que ahora podemos proponer son firmas de libros y actos de presentación, pero seguimos echando en falta que se nos deje opinar sobre la organización y las cosas esenciales, y creo que tenemos derecho a pedirlo, ya que llevamos participando en ella las últimas cuatro ediciones, las dos primeras con el nombre de EREA, o con el de Letras de Esparto las dos últimas. Así que como no nos dan la oportunidad voy a proponer algunos detalles que harían que nuestra Feria del Libro no pareciese una parodia del camarote de los hermanos Marx.



Propongo que haya unas bases consensuadas permanentes, donde se recoja todo lo necesario para poder solicitar casetas, para plantear actividades y que sirvan para evitar y dirimir los malentendidos que cada año se producen. Me parece primordial porque todos, empresarios, colectivos y escritores sabríamos a qué atenernos, y se garantizarían que las normas no cambien cada cinco minutos, según la queja, el interés, o las necesidades de los organizadores.


Propongo que se hagan tres reuniones al año, una de planificación en octubre, otra en febrero para debatir el programa y otra en junio para evaluar la Feria. Que a las reuniones estén convocados todos los agentes que han participado con caseta durante el evento, y que se garantice que ningún funcionario X se olvide de convocarlos a todos. Y por supuesto que  dichas reuniones asista un representante del Ayuntamiento, para que podamos disponer de toda la información necesaria para opinar, no solo de la que parcialmente se nos ofrece cuando la solicitamos.



Propongo, que dichas reuniones no haya que mendigarlas, que no se convoquen por un whatsapp, de un día para otro y que se hagan en una instalación del Ayuntamiento, no en cafeterías de la ciudad. Esta es la penúltima gota.


Propongo que si se anuncia por las redes sociales que los escritores pueden proponer actividades a través de las casetas de la Feria, hayan, como mínimo, convocado las bases para solicitar dichas casetas. De otra forma solo se deja entrever la parcialidad a la hora de concederlas.



Propongo que todas aquellas empresas, asociaciones o instituciones que  hayan tenido caseta sean tratadas de igual manera a la hora de plantear, consultar y opinar. Sé que en esta vida no todos somos iguales, pero que una administración, en este caso el Ayuntamiento de Almería, te lo recuerde y te lo haga saber, es doloroso.


Propongo, ya lo he hecho en más de una ocasión, que se ponga una caseta dedicada solo a la parte infantil, que los escritores almerienses no sean el relleno de la programación, y no dependan de una caseta para poder presentar sus obras.


Propongo que se cuide la imagen de la Feria en cada uno de los correos, los documentos y se haga una página web donde queden recogidas las novedades y convocatorias que vayan surgiendo durante el año.


Habrán visto que durante el articulo mezclo el singular con el plural, uno para referirme a lo que pienso y otro cuando la asociación Letras de Esparto está involucrada. Desde aquí quiero pedirle disculpas a mis compañeros porque tengo la sensación que mi actitud les perjudica y propongo que no se vete a la gente por su opinión, y que aquellos que se sientan ofendidos y les guste poner cruces rojas, aprendan a diferenciar entre lo personal y lo colectivo, entre el insulto y la crítica constructiva.



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