Escribía el periodista y ecologista Joaquín Araujo en las redes sociales: “GRACIAS GRULLAS, de vuelta a casa, por escribir BELLEZA en nuestros ojos y gritar LIBERTAD desde ahí arriba”. Y le contestaba el naturalista Juan Goñi: “Grullas… mis amigas del viento, mi mirada viajera y mis fantasías vuelan perpetuamente con vosotras entre los bosques del cielo. ¡Hasta la vuelta!” Las aves nos van marcando el ritmo de las estaciones y este año están despistadas e incluso ya han empezado a anidar los primeros aviones, según nos contaba Arantza Leal, de la Seo BirdLife, conocida en la Comunidad del Bosque, del programa de Radio 3, El Bosque Habitado, como la representante alada.
Las evidencias del cambio climático están ahí y creíamos que la juventud no tenía nada que decir. Empiezan a cuestionarse el modelo productivo en el que vivimos y se preguntan: ¿para qué estudiar para un futuro que no va a existir? “Esto es más importante que la escuela”, dicen. Mientras miles de adolescentes salen los viernes desde hace meses, en toda Europa, como ensayo general para el paro general convocado en todo el mundo el día 15 de Marzo. Y todo este movimiento, que va a ser un éxito global, hay que buscarlo en lo emocional y no en lo científico, aunque lleven décadas la comunidad científica avisando del colapso del Planeta si no revertimos nuestra forma de habitar en él. Me quedo impresionada en pensar que todo esto lo inició una niña, una adolescente sueca de 16 años, Greta Thunberg, el pasado agosto. Y harta de que las negociaciones y acuerdos se quedaran parados y bloqueados, y cansada de la inactividad de los gobiernos, comenzó su propia huelga escolar en las puertas del Parlamento sueco pidiendo que se actuara con urgencia para frenar el cambio climático. En la 24ª conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático hizo un discurso que aún resuena como un eco imparable entre la juventud: “No tienes que ir a la escuela, es tu propia elección. ¿Por qué deberíamos de estar estudiando para un futuro que pronto no lo será más? Esto es más importante que la escuela ¿no?”.Y como una pequeña semilla ha germinado no dejando de crecer. Ante los 200 líderes mundiales dijo: “Ustedes no son lo suficientemente maduros como para encontrar las cosas como son. Incluso esa carga la dejan para sus hijos”. Y como un gran tsunami el mensaje de Greta se ha ido expandiendo. En Noviembre, en Australia 15.000 desafiaron al primer ministro; en Suiza unos 5.000, no eran muchos. Pero como en una primavera adelantada, como la que están viviendo también los seres vivos en el Hemisferio Norte, comenzó en Enero una eclosión de docenas de miles. En los colegios e institutos han tenido que cambiar los calendarios escolares y sustituir los viernes por una clase práctica de protesta cívica y callejera. En Bélgica comenzaron en la primera semana del año unos 3.000, a la semana siguiente 12.500, a la siguiente 30.000 y el último viernes de enero 70.000. Una gran ola verde de juventud y esperanza recorre el mundo. En Alemania, en más de 50 ciudades que se preguntan: “Abuelo ¿Qué es un muñeco de nieve? En Suecia, Japón, Austria, Polonia, Canadá, Japón, Tailandia, etc. se van sumando a estos viernes jóvenes organizados con efecto multiplicador. El Planeta está sintiendo, de manera amplificada, esta llamada que clama una Huelga Escolar por el Clima: ¡Piden medidas efectivas que permitan un futuro ambiental! Se manifiestan por su futuro y por el futuro de otras generaciones venideras.
Sin líderes, la juventud en todo el Planeta nos está demostrando que es irreal nuestra visión como generación ‘nini’ (ni estudian ni trabajan), cuando son los más preparados y los más imaginativos de la historia. Y van a hacer historia. Quieren, urgentemente, pruebas reales de los gobiernos que con políticas ambiciosas den respuesta a la urgencia reclamada por los y las científicas de justicia climática. Dijo Greta: “si las soluciones dentro del sistema son tan imposibles de encontrar, tal vez deberíamos cambiar el sistema en sí mismo”. El futuro les pertenece, con o sin nosotros. Yo pienso acompañaros porque ha llegado el momento de actuar, y tiene que ser ahora porque no hay otro momento.
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