¡Luces de Navidad!

Se quiere (por fin) que la ley castigue al político malgastador-derrochador del dinero público, no sólo al corrupto. ¡Bien! Seguro que si llega a ser una realidad, cosa que dudo mucho, empezaremos a vivir en un orden nuevo, pues el político se tendrá que tentar las ropas antes de jugar con nuestro dinero. ¡Me encanta! Lo que no sé es cuántos eones tienen que pasar antes de que la ley castigue estas prácticas políticas-económicas. Y vamos con las luces de Navidad. Nunca están las ciudades más bonitas que cuando llegan esas fechas (las celebres o no) y las luces hacen su aparición en nuestro cielo. Este año los vecinos ejidenses no van a disfrutar de un Ejido luminoso. ¿La culpa? Ciento cuarenta mil euros y unos políticos que se dedicaron durante lustros a esquilmar los bolsillos de los vecinos para su lucro personal. Ahora llega el nuevo alcalde y ¿quién paga el pato? los de siempre, los vecinos, a los que no sólo les tomaron el pelo los anteriores sino que los actuales los dejan, en fechas tan destacadas sin las luces de Navidad. Creo que es un error del señor Góngora dejar a oscuras la ciudad en esos días. Estoy de acuerdo en que hay que ahorrar en todas las áreas, no están los tiempos para dispendios, pero quitarle un poco de tristeza a la gente con cuatro luces no sería para tanto. A los ejidenses sólo les queda la esperanza de que El Corte Inglés decida celebrar la Navidad e ilumine su zona de influencia. Y que todavía los del PAL y sus acólitos sean capaces de hablar en el pueblo. Es increíble, unos por presuntos golfos, otros por presuntos tontos, los ciudadanos tienen que soportar una navidad sin la alegría de la luz. ¡País!