El AVE, Gibraltar almeriense

El nuevo presidente de la Cámara de Comercio, Jerónimo Parra, cree que ha llegado el momento de dar “un puñetazo en la mesa” y “enfadarse” por los retrasos que acumulan las obras para la llegada del AVE a Almería, que a día de hoy tiene el año 2023 como última fecha oficial comprometida por el Gobierno. Y no sólo no está mal, sino que es también un razonable ejercicio de decencia institucional que en una entrevista concedida a la Cadena SER el máximo representante empresarial de nuestra provincia haya venido a decir que ya está bien de gaitas y de gaiteros.  Baste recordar, así como dato biográfico, que yo grabé para esa misma emisora al entonces vicepresidente Rodrigo Rato asegurando en la sede de la Cámara, en el Paseo de Almería, que el tren de altas prestaciones estaría en servicio en Almería en 2003. Y fíjense si en todo este tiempo han pasado cosas, ministros y gobiernos, pero lo que sigue sin pasar por esta tierra es un tren que nos comunique con el resto de España y Europa en igualdad de condiciones y que sirva de elemento dinamizador de nuestros sectores productivos, que han de sobrevivir con el permanente factor limitante de la birria de comunicaciones que padecemos. Todos los presidentes de la Cámara de Comercio de Almería han hecho alguna vez declaraciones en este sentido y todos, por desgracia, han acabado siendo víctimas de ese topetazo brusco con la realidad que supone la política de hechos consumados que vienen aplicando a Almería los diferentes gobiernos. En este sentido, a los presidentes de la Cámara les pasa como a los ministros de Exteriores de España desde el S. XVIII, que en algún momento se creen capaces de resolver por vía diplomática el tema de Gibraltar, hasta que acaban dándose un topetazo con la dura realidad que prueba, década tras década, que la rocosa desfachatez británica está siempre por encima del atropello jurídico e histórico. Pero bueno, que el ánimo no decaiga: Gibraltar español y el AVE cuanto antes en Almería.