Sí a las maduras pero no a las duras

La hostelería ha sido condenada a pesar de solo ser responsable del 2% de los contagios

Jesús Baeza.
Jesús Baeza. La Voz
Jesús Baeza
07:00 • 12 feb. 2021 / actualizado a las 07:00 • 14 feb. 2021

Abandonados por nuestros diferentes gobiernos… Es paradójico, cuando la cosa iba bien nuestros gobiernos no tardaban en tendernos su mano “recaudatoria”,  querían su parte, en plazo y orden, querían sus ivas, sus impuestos de sociedades, sus correspondientes tasas, su seguridad social y un largo sin fin de pagos  a cobrar por ellos. Lo que querían, cuánto querían y lo querían ya, no te retrasases un solo día o iba con la correspondiente sanción o recargo. 



Ahora cuando esas alegrías han pasado, aquellos que tardaban poco en poner la mano para recaudar ahora la esconden para ayudar. Han estado a las maduras pero no a las duras, da igual que durante muchos años hayas generado economía, hayas generado riqueza, puestos de trabajo y demás, ahora todo se olvida y esconden su mano, te niegan su apoyo  y olvidan lo que has aportado.  Mientras ves como se malgasta el dinero publico en cosas que no son ni urgentes ni necesarias… coches de lujo para cargos públicos, dinero para partidos políticos… millones de euros que ahora podrían sustentar miles de pequeñas empresas



Todos los estudios, incluidos los del Ministerio de Sanidad, indican que los positivos que vienen del mundo de la hostelería no llegan ni al 2,5%; el informe nacional de mutuas de accidente indica  que, porcentualmente, son mínimos los contagios sufridos por trabajadores del sector de la hostelería comparados con otros sectores. Todo hace indicar que la hostelería cerrada fomenta reuniones en casas y aumenta los casos de covid en fiestas y domicilios privados… pero parece que  todo eso da igual…  Al final la realidad es que cierran la hostelería para hacerse una foto política y simular que están haciendo algo contra la pandemia para esconder su falta de criterio y su pésima gestión de esta crisis sanitaria y económica.



No hace mucho en una reunión que tuvimos con el Subdelegado del Gobierno en Almería nos trasladaba que era una pena la situación, lo decía plácidamente desde la seguridad y serenidad de la estabilidad de su asiento, sin aportar ninguna solución,  como el que se come un bocadillo viendo por la tele a los niños que tienen hambre y diciendo que penita los niños que no comen, mientras le pega otro bocado al bocadillo.



Pues no y no señor, no y no señores, pena es decirle a un padre de familia que no llega a final de mes y decirle que se va al ERTE a ver cuánto le queda y cuándo lo cobra, pena es decirle a alguien que la empresa cierra y el sustento de su familia se pierde y que, debido a la pésima gestión de nuestros diferentes gobernantes, probablemente no tenga trabajo en muchos meses. Pena es perder el negocio que cedió tu abuelo a tu padre y tu padre a ti porque aquellos que te tendieron la mano para recaudar ahora la esconden para ayudar.



Les recuerdo a todos esos que toman decisiones que hemos pasado de que nos dejen trabajar a que nos  tienen que dejar trabajar ante la situación a la que nos han abocado y, además, que deben aportar ayuda, y mucha, como ha pasado en el resto de Europa.  A la Junta de Andalucía que deje abrir los negocios y así disminuyan  las reuniones clandestinas y conceda  las ayudas necesarias. Y, sobre todo,  al Gobierno de España, le pedimos que ayude realmente a los centenares de miles de familias que viven directamente e indirectamente de la hostelería, pero no con absurdos ICOS  que solo sirven para endeudarnos más:  que copien las ayudas de Alemania, Holanda o Francia sin ir más lejos y den ayudas directas al empresario, no para enriquecerse sino para mantener su negocio y los puestos de empleo.



Les recuerdo a nuestros gobernantes que se les votó justamente más para estar a las duras que a las maduras. Que hagan su trabajo igual que el resto hacemos el nuestro. 




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