¿Vocación? o Responsabilidad Social?

El voluntariado, personas que se unen libre y desinteresadamente para trabajar y participar con fines benéficos o altruistas en la sociedad con el único interés de transformarla y mejorarla, siendo útiles a los demás, acompañando a quienes lo necesitan y contribuyendo a poder construir una sociedad mucho más humana y solidaria, donde merezca la pena vivir. 

Pienso, que las personas que deciden poner su granito de arena trabajando con entidades, ONG´s, cuentan en su interior con verdadera vocación y responsabilidad. Por eso, una vez más, quiero reconocer y agradecer el papel de todos los voluntarios, de las diferentes organizaciones y entidades sociales.

La pandemia, y las situaciones extremas, como la que vive la Isla de La Palma, por ejemplo, no hacen más que demostrar la evidencia de la vulnerabilidad que sufren muchas personas.

Es precisamente en estas ocasiones cuando pese al imparable individualismo, se saca lo mejor y se demuestra la universalidad y el carácter imparable del voluntariado.

Pero la buena voluntad no puede tomarse a la ligera y no puede ejercerse de manera inconsciente, llevando a cabo acciones sin tener seguro, sin formación básica, sin un criterio real de para que se hace y a quién se destina cada acción.

El Voluntariado es algo más que una motivación puntual. Hay que entender muy bien este movimiento, sabiendo que se trata de compromiso, conocimiento, dedicación y tiempo. 

Para que el voluntariado mueva conciencias y transforme nuestro mundo necesitamos huir de visiones parciales, utilitaristas e instrumentales. Debemos favorecer el debate, el entendimiento, la reflexión compartida, el intercambio de conocimientos, la definición de visiones de la realidad. 

Los voluntarios y voluntarias no somos meras fichas en un tablero, somos personas con opinión, con iniciativa y sobre todo con conciencia.

El Voluntariado a mí me proporciona mucho amor, me posiciona personal y espiritualmente en la tierra y me deja una mochila cargada solo de gratitud.