Mirando atrás sin ira

Hay días que me da por mirar hacia atrás. Como ya va teniendo uno poco horizonte abierto al futuro me entretengo recordado los fastos de la historia. Desde luego que en una época de crisis como esta, merece la pena analizar la lucha entre el capital y el trabajo. No es preciso traer a colación las mentiras iniciáticas del brujo, ni la esclavitud en pueblos antiguos, ni el temor cerval de los siervos de la gleba con derecho de pernada incluido. Comenzaré con la revolución francesa, donde aparece el concepto de ciudadanía. Ríos de sangre para la aparición del tercer estado. De aquella primera ciudadanía fruto de la enciclopedia y de la acción colectiva del hombre de la calle hasta llegar al ministro Wert, a quien parece que no le gusta la palabra, va un largo trecho de enfrentamientos por los derechos civiles y las libertades. La revolución industrial también trajo encontronazos. Entre humo y ruido de máquinas, al trabajador le vino la idea de que él no era una tuerca más o un martillazo más en una cadena de montaje. Y hubo de revisarse la jornada de l6 horas para disgusto de sus empleadores. La cosa se agudizó con la revolución rusa. ¡Cielos, encima los obreros son unos condenados materialistas¡ Allá que el mundo se divide entre los con Dios y los sin Dios si bien el interés de la lucha corre por debajo. No voy a ponerme trascendente cantando la aparición de los fascismos como solución in extremis para parar a los obreros. Nuestra guerra civil ha dado lugar a verdaderas bibliotecas, lo poco que ha quedado en claro es que perdieron los que vivían de sus manos, como dijo el clásico. La transición lograda mediante un pacto de caballeros ha sido visitada, tras unos años de bienestar social, por una crisis cuyos orígenes proceden de los desmanes del capitalismo financiero. En estas el PP llega al poder. Y parece que no se le caen los anillos decretando una reforma laboral que es extremadamente agresiva y que puede costarle pronto una huelga general. Sospecho que eso de que los empresarios crearán empleo para sacarnos de la crisis sin crecimiento, es bastante problemático.