Jose Fernández
18:56 • 22 mar. 2012
El máximo responsable de UGT en Andalucía, Manuel Pastrana, dijo el otro día en el transcurso de un acto sindical previo a la huelga convocada para la próxima semana y celebrado en el Teatro Cervantes, que el discurso del Gobierno de Mariano Rajoy respecto a la reforma laboral era "maligno" y "diabólico". Ay Señor, qué soponcio. Uno ya no sabe si el que habla es un veterano líder sindical o el padre Karras ante la niña ésa que vomitaba cosa verde y se le giraba la cabeza.
Y es que esto de lanzar soflamas apocalípticas en plan "Vade retro" desde los púlpitos es una vieja estrategia de acongoje colectivo que no sé yo si a día de hoy sigue surtiendo el mismo efecto que antes, pero da la impresión que mucha argumentación no deben tener los sindicatos cuando la crítica al plan de medidas previstas por el Gobierno recuerda a las admoniciones de los párrocos de antaño sobre los bailes apretados. De todos modos, recordemos que el gusto del señor Pastrana por lo paranormal en vísperas de una pancartada no es nada nuevo. Suyo fue el inolvidable llamamiento a la huelga de abuelos en labores domésticas de recogida escolar de nietos en las horas previas a la huelguita que le montaron al señor Zapatero cuando la cosa pintaba ya color hormiga. ¿Acaso no recuerdan el extraordinario seguimiento que tuvo su lucida (que no lúcida) propuesta? En fin, que lo mismo en el Vaticano están tomando nota de estas recetas sindicales para combatir a Belcebú y a lo mejor en el próximo exorcismo los curas encargados cambian el rosario y el hisopo por una vuvuzela y una pancarta.
Y es que esto de lanzar soflamas apocalípticas en plan "Vade retro" desde los púlpitos es una vieja estrategia de acongoje colectivo que no sé yo si a día de hoy sigue surtiendo el mismo efecto que antes, pero da la impresión que mucha argumentación no deben tener los sindicatos cuando la crítica al plan de medidas previstas por el Gobierno recuerda a las admoniciones de los párrocos de antaño sobre los bailes apretados. De todos modos, recordemos que el gusto del señor Pastrana por lo paranormal en vísperas de una pancartada no es nada nuevo. Suyo fue el inolvidable llamamiento a la huelga de abuelos en labores domésticas de recogida escolar de nietos en las horas previas a la huelguita que le montaron al señor Zapatero cuando la cosa pintaba ya color hormiga. ¿Acaso no recuerdan el extraordinario seguimiento que tuvo su lucida (que no lúcida) propuesta? En fin, que lo mismo en el Vaticano están tomando nota de estas recetas sindicales para combatir a Belcebú y a lo mejor en el próximo exorcismo los curas encargados cambian el rosario y el hisopo por una vuvuzela y una pancarta.
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