Infeliz Navidad

Nunca tan pocos hicieron tanto daño a tantos, y tan profundo, tan difícil de curar. Al Gobierno del PP le ha bastado un año para desquiciar al país, y aún le ha sobrado para poner las bases de un previsible y mayor desquiciamiento futuro. 

El Gobierno actual rompe España porque rompe la vida de los españoles, suscitando con ello la defección y la huida en todas sus formas, desde el rompimiento territorial al exilio económico. España, que no es otra cosa que la suma de todos los españoles, se rompe si se rompe el pacto, indispensable en democracia, de respeto y sumisión del Estado al Pueblo. Y el Gobierno ha traicionado y roto brutalmente ese pacto, sometiendo a la población a toda clase de sevicias de justificación imposible. El paisaje que componen los millones de parados y excluidos, el saqueo indecente de las economías familiares, el abandono a su suerte de los más desfavorecidos, la destrucción de la clase media, el atentado a los derechos laborales y a la dignidad de los trabajadores, el despojo de los modestos patrimonios de los ahorradores, la rampante privatización de la Sanidad pública, la amnistía a los que defraudan, la impunidad de los grandes evasores de capitales, la obstrucción del acceso a la Justicia, la opacidad de las cuentas del Jefe del Estado y sus relaciones peligrosas, el ensañamiento de la Hacienda con los que apenas ya nada tienen, los cientos de miles de desahucios, la violencia policial, el desmantelamiento de la investigación, el desprecio a la cultura, la sumisión al poder de los especuladores, y cada uno de los dioramas de miseria, injusticia y desolación. Este Gobierno anti-sistema, que lo es porque combate furiosamente el sistema de cierto bienestar, solidaridad y protección social que manteníamos, pinta de marrón el cielo de la Navidad, abole la estrella y deja vacantes, sin ganado ni esperanza, a los pastores del portal.