Menos pactos y mejores partos

Menos pactos y mejores partos

Antonio Felipe Rubio
23:08 • 03 oct. 2013

A la mínima oportunidad que se le otorgue a la Junta de Andalucía de celebrar un pacto lo aprovechará para desviar responsabilidades hacia el Gobierno central reactivando el marasmo de competencias, transferencias pendientes, protocolos de colaboración, convenios… Nunca aceptará una autocrítica, y, gracias al Colegio de Médicos, halla un nuevo asidero para la confrontación por la vía de la exposición de un bienintencionado pacto que se torna en otra polémica estéril, vacua y dilatoria.


El materno-infantil es un proyecto presupuestado, licitado, adjudicado e iniciado. Se aprobó un presupuesto; se presentó la maqueta; se colocó la primera piedra; se inició la obra; se dejó de pagar… se paralizan las obras. Y ahora, tras numerosos engaños sobre el plante se plantea un pacto de involucración reivindicativa. 


Aquí no cabe más “pacto” que el de la posible vulneración de la legalidad. Hay que plantear si se ha podido producir un supuesto de desviación de fondos finalistas (¿malversación?). 




Hay que averiguar y, en su caso, elevar a la instancia judicial pertinente si se ha vulnerado el procedimiento administrativo que consigna un presupuesto oficial y lo paraliza sin causa conocida. Por otro lado, la Junta es avezada en este proceder. No olvidemos que, contra toda justificación, paralizó el Parque Comercial Gran Plaza e intentó encarcelar al alcalde. 


Igualmente, la Junta pretende derribar el Hotel El Algarrobico y, aun siendo colaborador necesario para su construcción, se ha personado en los tribunales de justicia para intentar derribarlo. Y por no mencionar innumerables casos, acosos y arbitrariedades en viviendas ilegales, parques naturales, concesiones administrativas, etc.




Los pactos sirven para pastelear y aflorar un campo de batalla sectaria. Baste recordar el recorrido de la Mesa de las Infraestructuras, Pacto por Almería (?), observatorios, plataformas… y, por fin, la insultante demagogia: “Si hemos de priorizar, las personas antes que las obras”. Esta evacuación intelectual (Adela Segura) es el peregrino argumento que justifica la inutilidad del Ejecutivo andaluz ante una infraestructura sanitaria que se precisa para un servicio público esencial.


Desde el Paleolítico las “personas” buscaban cobijo y se asistían de herramientas para garantizar su supervivencia. Las infraestructuras son consustanciales con nuestro modelo de vida, y el decoro es símbolo de respeto. 




 Ya está bien de victimismo, vasallaje y sectarismo. El nivel de exigencia ha de superar la coraza que otorga impunidad a los gobernantes que actúan mermando nuestros derechos y aspiraciones. Clamo por la justicia en sede judicial y el clamor social en todos los foros. Este es el mejor pacto, el pacto por nuestra dignidad.



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