Apogeo y gloria del “tosporigual”

Apogeo y gloria del “tosporigual”

Jose Fernández
01:00 • 08 nov. 2013

Una de las principales ventajas que nos están deparando los treinta años de educación socialista en Andalucía es la ausencia oficial de torpes. Y es que ya se sabe que eso de “segregar” (ellas y ellos prefieren este término) entre inteligentes y mentecatos es una cuestión profundamente reaccionaria que, en todo caso, puede usarse en la intimidad de las casas o bares de Andalucía pero no en los colegios. Así, los alumnos andaluces son oficialmente aptísimos y aptísimas y que a nadie se le ocurra, por ejemplo, preguntar o preguntarse qué colegios son los mejores de Andalucía. Igual que no se provincializan los presupuestos para evitar que se puedan hacer comparaciones y extraer conclusiones, la Junta de Andalucía impedirá por decreto a los padres andaluces conocer el escalafón de los mejores centros escolares de nuestra comunidad, evitando de este modo que alguien pueda comparar los resultados de los colegios concertados y los públicos. Toda una muestra de transparencia, de apego por las formas democráticas y, en definitiva, de ese “tiempo nuevo” que proclamó gozosa la presidenta de la Junta, Susana Díaz, en el momento de su llegada digital al cargo. Y es que para los responsables de la cosa educativa socialista andaluza, eso de que existan diferencias entre alumnos y colegios puede provocar traumas, quebrantos y lesiones éticas. Y así llevamos ya treinta años de apogeo y gloria del “tosporigual” en plan cofradía coreana, sin establecer “agravios” o comparaciones ociosas. Sin suspensos, sin ceros… y sin nivel académico, como vienen demostrando año tras año todas las encuestas e informes internacionales. Los andaluces somos rehenes de los complejos históricos de una izquierda que sigue instalada en el póster y la pancarta y que asiste impávida desde su propia burbuja oficial a la destrucción académica de un par de generaciones de andaluces. 







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