La otra cara de la realidad andaluza

¿Qué es poesía? Poesía son tus pupilas azules, churri. ¿Y qué es Andalucía? Andalucía es lo que diga Susana. O no.  En más de una ocasión he sostenido que la Andalucía oficial no es más que una monumental impostura urdida en torno a una realidad ficticia, cantada en un neolenguaje absurdo y amplificada ad nauseam por la propaganda. Todo ello, eso sí, imparable y de lujo. 

Mucho progreso social, mucho todos-y-todas y mucho puntocom, pero en cuanto rascas un poco te encuentras estratos de desvergüenza que demuestran que en Andalucía la realidad y el discurso oficial son dos por tres calles. Vean si no el ejemplo de Luciano González García, el dimitido director general de la Agencia Andaluza de la Energía, y ex responsable de la “construcción sostenible” (¿puede existir algo tan idiota como la construcción insostenible?) de la Junta de Andalucía y político de confianza de Susana Díaz. Pues bien, este señor tenía un chalet ilegal en Málaga, con enganches piratas a la luz y al agua. Es decir, que el responsable de la Agencia que, según dice su página web, “contribuye a la optimización en términos económicos y medioambientales del autoabastecimiento energético de nuestra Comunidad Autónoma” vivía en una casa ilegal conectada ilegalmente a las redes de abastecimiento. Con un par. 

Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Como ya les digo que el juntandalucismo oficial es un cachondeo sin freno ni tasa, resulta que el señor González, cargo de confianza de la presidenta que anunció “tolerancia cero” con la corrupción, recompensó al constructor de su ilegal vivienda enchufando a su hijo en UGT Madrid. Como ven, sólo hay un modo de cerrar este círculo perfecto del bochorno: que salga el portavoz de doña Susana Díaz a decir que comentar estas cosas es insultar a Andalucía.