Justo ahora se cumplen tres años de la victoria del Partido Popular en las elecciones generales de 2011. Aquel 20 de noviembre muchos españoles, una amplia mayoría, depositaron su confianza en la derecha y de manera muy especial en Mariano Rajoy, un presidente que, a la postre, se ha demostrado fallido, remolón, huidizo e incapaz de tomar las decisiones que necesita este país.
El presidente del Gobierno ha empleado estos tres años para demostrarles a todos los españoles que, efectivamente, se equivocaron con él. Dijo que no subiría los impuestos y los subió; se ha cargado el sistema de dependencia, ha introducido copagos en los medicamentos y ha provocado un enorme roto en los bolsillos de los pensionistas, que han perdido gran parte de su poder adquisitivo.
El relato de estos tres años es demoledor y triste, muy triste. Sin embargo, hay dos elementos fundamentales en los que Mariano Rajoy ha perdido todo el crédito que la ciudadanía puso en sus manos: el paro y la lucha contra la corrupción.
El desempleo es el problema número uno de los españoles, más si cabe de los almerienses que han visto cómo las listas del paro han aumentado desde que llegó a La Moncloa. Su compromiso inicial ha saltado por los aires, sumiendo a millones de personas en la más absoluta pobreza y, lo que es peor, dejándoles sin esperanza.
Con la corrupción las cosas no le han ido mejor. Los mensajes que se cruzó con Bárcenas, la presunta financiación ilegal de su partido que apunta el Juez Ruz, o los últimos casos destapados como la Operación Púnica y las tarjetas black, han terminado por achicharrar su imagen.
Mariano Rajoy sopla las velas de su cumpleaños más infeliz con una sociedad que da la espalda a su partido, tal y como vienen apuntando todas las encuestas, y que a estas alturas tiene la plena convicción de que lo que pudo ser una solución se ha convertido en un tremendo problema.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/9/opinion/71842/cumpleanos-infeliz