La oración de los pájaros

Tampoco el hombre ha inventado nunca para nosotros una especie de subsidio de desempleo

Kayros
22:39 • 23 dic. 2014

Señor de los cielos, de la tierra y del mar, somos los pájaros de Aguadulce, los de por aquí y los de la provincia, te queremos pedir que este año nos gustraría asisitir en la cabalgata de Reyes para alegría de los niños y de los viejos enfermos. También nosostros estamos padeciendo una crisis. Disminuye por causas diversas nuestro número y cada vez es mas difícil vivir en parajes hostiles invadidos por la presencia del hombre. Donde había un árbol ahora hay una inmobiliaria cerrada. Aquello de las golondrinas de Bécquer que anidaban en los aleros de la casa de su amada hoy parece más bien un cuento romántico tan mentiroso como el Gobierno. Ya se sabe; el alimento tradicional no abunda y los pesticidas son una sentencia de muerte para muchos de nosostros. Oh Señor, hemos sido de siempre vuestra corte real y embellecemos los jardines y los parques y cantamos la gloria de tu excelso nombre. No olvidamos aquello que digiste sobre la providencia. Sin sembrar ni amontonar nada en nuestros graneros seguimos viviendo amparados por ti. Tampoco el hombre ser ha matado inventado nunca para nosotros una especie de subsidio de desempleo o de jubilación. No es extraño que cada vez seamos menos. Algún pirado obviamente con la cabeza a pájaros saca de vez en cuando el pecho por sosotros orgnizando algun concurso de palomas o de canarios, pero pare usted de contar. ¿Cuándo se pondrá fin a la jodida historia del Algarrobico? ¿Cuándo los jueces dirán la última palabra y tanto la Junta como la empres como el pueblo de Carboneras firmarán la paz comiéndose juntos una fuente de gorriones fritos o de cordonices en escabeche? Ya solo vamos quedando como metáforas para los villancicos en un mundo de guerras y de hambres nigerianas. Menos mal que todavía somos el símbolo dela libertad voladora. ¿Recuerdan aquel preso que solo tenía el consuelo de mayo de oír cantar a su vecica? Aquello solo le animaba a seguir encarcelado. Pues, eso mismo. Señor de los cielos, de la tierra y del mar, aunque a trancas y barrancas, buscando el agua difícil y el trigo más difícil todavía en vísperas de Nochebuena, te damos las gracias por tener todo el día para nosotros en la soleada y siempre acogedora Aguadulce.







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