Si algo bueno ha tenido que la presidenta de la Junta de Andalucía haya venido a Almería a grabar su mensaje de Fin de Año ha sido los almerienses hemos podido ver a doña Susana Díaz en un notable ejercicio de coherencia, porque hay que reconocer que ha comenzado 2015 igual que terminó 2014: mintiéndonos.
Los andaluces que siguieron las palabras del mensaje grabado en la Alcazaba, y que fugazmente aparecía al principio del mismo, pudieron comprobar que las palabras de Susana Díaz no tenían nada que ver con la realidad que vivimos el resto de los andaluces. Una realidad cruda, difícil y tremendamente compleja en este año 2014 que nuestra presidente se empeña en no querer ver. Ella prefiere vivir en su burbuja, en su palacio sevillano y en la permanente apariencia.
El gobierno bipartito PSOE-IU ha conseguido que los andaluces vivamos en una Andalucía inventada e irreal que se sostiene en el gasto propagandístico y en la puesta en escena fruto del marketing y la publicidad. De ese modo, la señora Díaz ha comenzado el año nuevo en el mismo camino del fracaso con el que se despidió de 2014, año en el que no ha sido capaz de cumplir con uno de los grandes objetivos que tiene que tener cualquiera que presida una comunidad con una de las tasas de paro más altas de toda la Unión Europea, como es el de reducir las altísimas cifras de desempleo. Sin embargo, estamos viendo que en el resto de España, sobre todo en las comunidades que son frontera con Andalucía, se ha conseguido reducir el número de desempleados. Y una vez más, nuestra comunidad se queda descolgada de esa recuperación económica.
De nada de eso habló doña Susana en el mensaje final de su año de agenda y posado fotográfico. Naturalmente, tampoco hizo referencia a los graves incumplimientos que la Junta de Andalucía sigue manteniendo con todos los almerienses, como el hospital materno infantil, las variantes de Roquetas y Albox, el intolerable estado de la histórica Casa Consistorial en la Plaza Vieja de la capital o tantas y tantas promesas incumplidas. En lugar de eso, se desplazó hasta Almería para grabar un mensaje más pensado para su proyección a la política socialista nacional que para las necesidades e inquietudes de todos los andaluces.
Un mensaje en el que todos echamos en falta, además de un poco más de apego a la realidad, algunas dosis de humildad. Sencillez para reconocer evidentes errores, retrasos e incumplimientos de su Gobierno y para asumir su incapacidad efectiva para liderar la recuperación económica de Andalucía.
Personalmente, no me resigno a que año tras año, la Junta de Andalucía se ría de los andaluces con este tipo de mensajes. Los andaluces no nos lo merecemos, tenemos capacidad para estar en la cabeza y no a la cola de España.
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