Hay visitas y visitas. Las hay más oportunas y las hay menos oportunas. Están las que llegan a las cuatro de la tarde, cuando acabas de comer y quieres echarte una siesta, y también las que primero avisan y luego se quedan el tiempo justo para no molestar demasiado.
También están las visitas de compromiso, esas que se hacen porque no te queda más remedio. Por el nacimiento de una nueva criatura, un cumpleaños, una boda o…por una campaña electoral. En este último apartado, el de la visita por compromiso, es donde mejor cuadran las que tienen previsto realizar en los próximos días las ministras de Fomento y de Empleo del Gobierno de Rajoy.
Ana Pastor y Fátima Báñez viajarán hasta Almería – en tren son más de seis horas y en coche no creo que bajen de cinco y pico – posiblemente en Avión. Llegarán, imagino, como lo hizo el presidente del Ejecutivo hace unos meses: con la cartera de las inversiones vacía y una deuda con los almerienses de centenares de millones de euros.
La ministra de Empleo viene a una provincia donde el paro no es un problema, es lo siguiente. A pesar de que las cifras solo admiten el calificativo de horribles, no parece que eso haya debido de importarle mucho cuando ha recortado las prestaciones por desempleo y cuando ha sido incapaz de poner en marcha medidas para rebajar la tasa de paro.
En cuanto a los méritos de la ministra de Fomento, qué podemos decir. Ana Pastor no solo se ha olvidado durante estos años de nuestra provincia, al paralizar las obras del AVE y no invertir los 200 millones de euros que se presupuestaron entre 2013 y 2014, sino que ha sido incapaz de venir a Almería a explicarnos cuáles son sus planes.
Cuándo está previsto que finalicen las obras y cosas así, que tienen meridianamente claro en otras provincias, aquí sigue siendo un misterio. Y lo seguirá siendo si, finalmente, esta visita también resulta ser de compromiso con los dolientes.
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