Candidatos en el río político

“Algunos nombres de los que aparecen acumulan ya una larga carrera de militancias”

Jose Fernández
01:00 • 23 abr. 2015

Todo cambia, salvo el proceso permanente del cambio. Todo se transforma en un proceso de continuo nacimiento y destrucción al que nada escapa. Mucho antes de que inventasen los circuitos termales y los resorts con spa y jacuzzi, Heráclito decía que no nos bañamos dos veces en las aguas de un mismo río, ni siquiera una vez. Luego todo se mueve, todo avanza y nada es igual que antes. De hecho, es fácil cambiar de todo en la vida (pareja, aficiones, criterios, religión, etcéteras) salvo de militancia futbolística. El que se hace de un equipo de niño se muere siendo de ese equipo pase lo que pase. Pero no nos desviemos. De entre todos estos cambios ninguno depara tanto resquemor o recelo como el de la afiliación política. Haber militado en un partido, haber disfrutado de cargos públicos bajo la bandera de una determinada formación marca con un marchamo indeleble. Y esto es injusto. En el ejemplar de hoy de LA VOZ DE ALMERIA aparecen publicadas las diferentes listas electorales que concurrirán en los comicios municipales del próximo 24 de mayo. Verán que algunos nombres de los que aparecen acumulan ya una larga carrera de militancias variopintas y hasta, dirán los más estirados, abiertamente contrapuestas. Ah, Señor, qué dura es la vida del permanente aspirante a concejal y qué inclemente es la mirada de quien toma a un filántropo de clase media por un vulgar chaquetero. También llamo a la reflexión de los lectores sobre el extendido error de pensar que muchos de los rebotados de otros partidos buscan con las nuevas siglas el modo de ganar un sueldo que les rescate del desempleo, de la deuda o del cobrador del frac. Jamás. La promiscuidad en política no es síntoma de una naturaleza trepadora y ambiciosa, sino de un noble afán de búsqueda del bien común. Bueno, pues ahí tienen ya a todos los candidatos en el torrencial cauce de la política almeriense. Los que quieran enjabonarlos, ya saben como hacerlo. Puede que el río cambie, pero algunas personas no.







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