Decía Antonio Machado que en política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el viento; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela. El pasado 24 de mayo, los ciudadanos de Almería expresaron en libertad su voto, resultando vencedora la candidatura del Partido Popular que tuve el honor de encabezar, al obtener ésta el mayor número de votos. Por tanto, parece evidente que la dirección y el sentido de las preferencias expresadas por los almerienses son claras e incontestables. Me gustaría que mis primeras palabras en este nuevo mandato como Alcalde de Almería sirvieran para mostrar, desde la emoción, mi más sincero agradecimiento a todos los almerienses que nos apoyaron y, a los que se decantaron por otras opciones, mi mano tendida en busca del consenso y el diálogo fructífero para Almería. Es sin duda un privilegio, una gran responsabilidad y también un motivo de legítimo orgullo, volver a ser alcalde de una ciudad como la nuestra. En los últimos años, Almería se ha proyectado en el panorama nacional como una capital abierta, llena de futuro, cargada de expectativas, y dispuesta a recibir e integrar a cuantos a ella se acercan. En esa línea de crecimiento, el Ayuntamiento asume su papel como primer servidor de los intereses generales de Almería, y como alcalde, proclamo una vez más mi compromiso y plena identificación con las aspiraciones y la identidad del pueblo al que sirvo. Esa ha sido mi forma de entender el ejercicio de la Alcaldía a lo largo de estos últimos años. Y así aspiro a continuar durante los cuatro próximos. Almería afronta cuatro años que han de resultar claves a la hora de mantener y mejorar todo lo logrado hasta ahora y luchar decididamente para superar las dificultades latentes por el desempleo o por la recuperación que no termina de ser percibida por todas las familias almerienses. Los almerienses han configurado, voto a voto, una nueva distribución de fuerzas en el mapa municipal almeriense. Han establecido un modelo de equilibrios diferente al anterior y sobre ese tablero se han de decidir asuntos relevantes para el futuro de nuestra ciudad. Por eso, al abrir este cuarto mandato como alcalde de Almería, quiero pedir, en nombre de todos los almerienses, que las administraciones observen escrupulosamente el principio de servicio público, y actúen con diligencia y lealtad institucional, con independencia de los intereses o situaciones políticas. Por lo que a mi respecta, estoy aquí para ser otra vez el alcalde de todos los vecinos y en todos los barrios. Para volver a ser un alcalde cercano al día a día de los vecinos de todo el término municipal. Ni he entendido, ni puedo dejar de entender el cargo de Alcalde, si no es desde la vocación de servicio a todos los ciudadanos, por encima de las siglas políticas, por encima de los personalismos. Siempre con el “nosotros” por encima del “yo”. Por eso, desde la emoción y con el más firme compromiso personal y político, quiero dar las gracias a todos los almerienses. Estoy a su servicio.
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