¿Es segura o violenta la capital y el resto de la provincia de Almería?

Los políticos nos acaban de decir que sí, que Almería es una tierra segura y no violenta. Pues claro, qué nos iban a contar ellos. Es cierto que no somos una provincia donde las armas estén echando fuego todos los días por sus bocas. En ello estoy de acuerdo. Los tiroteos de El Puche o de Pescadería no dejan de ser puntuales. Vale. Cierto es que no se amontonan los baleados en las calles y plazas de nuestros pueblos, barrios o calles. Por lo que se puede asegurar que en estos momentos Almería no es una provincia violenta. ¿Y segura? Ahí empiezan a surgir los problemas. Los tirones, los robos, los asaltos a casas, establecimientos y personas sí están todos los días en los mentideros. Les puedo considerar señores políticos que no somos una provincia violenta, pero tampoco somos esa tierra soñada y segura donde se pueda vivir con las puertas abiertas. 

Aparcar en algunas playas te puede costar las lunas del coche y todo lo que lleves en el interior. Y hasta alguna recomendación de la Guardia Civil cuando vas a poner la denuncia. Los robos en los cortijos, casas de campo y de playa son diarios. Unos se denuncian, algunos si no hay seguro al que reclamar para qué, no se va a encontrar a los ladrones. Deben ser muy listos. El acoso, derribo y robo a las personas mayores es una constante en la vida diaria de los almerienses. Algunos se denuncian, otros para qué. Pero siempre aparece una encuesta (como hacía don Lucas, delegado de Salud cuando se le denunciaba alguna anomalía en su área, o como la presidenta de la Autoridad Portuaria, señora Cabeo, cuando no puede contestar algunos datos sacados de sus propios balances) que nos asegura que ha bajado la delincuencia. Claro, si cada vez denunciamos menos. Y para qué lo vamos a hacer si no vamos a recuperar lo robado. Sabiendo además que, tras unas cuantas denuncias, las compañías no te quieren renovar el seguro.

Acepto lo de pulpo como animal de compañía, pero no me vendan que  es una provincia segura, que no es así. Vale, según sus encuestas lo somos, pues deberían preguntar cómo las hacen, pues esa no es la sensación y la vivencia de los muchos miles de almerienses que nos enfrentamos cada día en las calles y en nuestros hogares a una plaga cada día más y mejor preparada para el robo y el escarnio. No es violenta ni segura.