Certamen Julián Arcas, segundo del mundo

Al igual que el trabajo bien hecho en el cine permite la llegada de nuevos rodajes, la guitarra debe convertirse en otra seña de identidad de Almería

La Voz de Almería
23:31 • 18 jul. 2015

Almería es cuna de guitarristas y guitarreros. En nuestra tierra han nacido intérpretes como Julián Arcas, magnífico compositor del siglo XIX, cuya estela han seguido artistas como Tomatito, Niño Josele o Juan Francisco Padilla, y luthiers como Antonio de Torres, creador de la guitarra clásica tal y como hoy la conocemos, y que actualmente continúan, entre otros, Juan Miguel González. Cajamar entendió su trascendencia y en el año 2000 ideó el Certamen Internacional de Guitarra Clásica Julián Arcas, un festival que ha crecido, paralelamente a la expansión económica de la entidad financiera, hasta convertirse en el segundo más importante del mundo en su especialidad. Anoche celebró la final de la edición número 14, con la satisfacción de haber acogido, desde su nacimiento, a cerca de un millar de guitarristas de más de 50 países.


LA VOZ, siempre al lado de las iniciativas que contribuyen a mejorar nuestra provincia, ha apoyado desde el principio el Certamen de Cajamar como colaborador oficial. Un orgullo para todos, pues , al igual que el trabajo bien hecho en el cine está permitiendo la llegada de nuevos rodajes, la guitarra debe convertirse en otra seña de identidad de Almería, que la posicione en el plano cultural, y facilite la llegada de turistas y recursos económicos.  En esta línea, el Certamen Internacional Julián Arcas, con los conciertos de primeras figuras y la participación de jóvenes valores procedentes de distintos continentes en los concursos, es una herramienta clave para poner en valor tanto internacionalmente como entre los almerienses la importancia de Almería en el mundo de la guitarra. Ahí está el Museo Municipal de la Guitarra Antonio de Torres .  Por eso, debemos felicitar a Cajamar Caja Rural, por la decisión que tuvo en su día de crear el Certamen Julián Arcas, y en especial a su precursor, Jerónimo Molina, gran amante de la guitarra, y a Carmen María Giménez, directora de Programas Culturales y Sociales. La cultura es un elemento básico para el desarrollo de las sociedades, con beneficios para los ciudadanos y también para la economía. Sería deseable que las empresas tuvieran esa visión integral y apoyen la cultura, como también ha hecho el Grupo Cosentino con la creación de la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino y su implicación en el nuevo Museo Casa Pakyta. Que cunda el ejemplo. 







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