Los sueldos de los cargos electos del Ayuntamiento de Almería

“El Ayuntamiento de Almería podría equipararse, por su dimensión, a una gran empresa de la provincia”

Emilio Ruiz
21:20 • 15 ago. 2015

Hasta hace unos meses, los sueldos de los cargos electos locales dependían exclusivamente de la decisión de sus plenos. Por esa razón había tanta disparidad y, a veces, tanto desmadre. La Ley de Racionalización y Sostenibilidad de la Administración Local ha puesto orden en el tema. Son ahora los Presupuestos Generales del Estado los que marcan las pautas de lo máximo que pueden cobrar los integrantes de las corporaciones locales.
El sueldo más alto se estipula en 100.000 euros brutos y está reservado para poblaciones de más de medio millón de habitantes. A partir ahí, los sueldos menguan según la población. En el caso de Almería, que está en el escalón de entre 150.001 y 300.000 habitantes, el límite salarial es 80.000 euros. Los cargos electos de El Ejido y Roquetas -entre 75.001 y 150.000 habitantes- pueden percibir 75.000 euros. Los de Adra, Níjar y Vícar –entre 20.001 y 50.000 habitantes-, 55.000 euros. Los electos de poblaciones entre 10.001 y 20.000 habitantes tienen su límite en 50.000 euros, y los que están entre 5.000 y 10.000 habitantes, 45.000 euros. Por debajo de 5.000 y por encima de 1.000 pueden percibir hasta 40.000 euros. Los miembros de Ayuntamientos de menos de 1.000 habitantes no pueden tener dedicación exclusiva.
Durante estos días son tema de debate las retribuciones aprobadas por el Ayuntamiento de Almería. Vienen a ser éstas: el sueldo del alcalde es de 76.000 euros anuales, 2.000 más que el del primer teniente de alcalde. Los demás tenientes de alcalde, cerca de 68.000 euros. El resto de concejales del equipo de Gobierno con dedicación exclusiva perciben en torno a 65.000. Los concejales liberados de la oposición, 59.400 euros, y los que tienen dedicación parcial al 75%, 38.600 euros. Los portavoces de los grupos cobran 65.000 euros. Para calcular el sueldo neto hay que restarles la oportuna retención (en torno al 40%).
Como es lógico, ninguna de esas retribuciones supera los límites legales. Creía que, con esta premisa, el debate estaba agotado. Pero no es así. Algunas reacciones son muy viscerales: “Latrocinio político”, proclama el periodista Pepe Fernández. “Políticos avariciosos”, acusa su colega Marta Soler. Reconozco que a mí también me produce pudor hablar de sueldos de uno o varios miles de euros cuando hay familias que apenas pueden llevar algo a casa. Comprendo igualmente la frustración del periodista que ve cómo lo más que su empresa le hace es un contrato en precario. Pero ni la demagogia es el mejor vehículo para arreglar los problemas de la gente ni las proyecciones personales deben formar parte de un debate sereno.
El Ayuntamiento de Almería podría equipararse, por su dimensión, a una gran empresa de la provincia. Por sus responsabilidades y exigencias, sus cargos electos podrían asimilarse a los directivos de ese tipo de empresas. Las retribuciones acordadas no son exageradas. Cuestión distinta es que no nos satisfaga la gestión. Entonces lo que hay que hacer es lo mismo que hace cualquier empresa con sus directivos: echarlos. En este caso, no elegirlos. Y, por supuesto, dar la opción a cualquier ciudadano –periodistas soliviantados incluidos- de someterse a la voluntad popular para ocupar uno de estos puestos que, por lo que se ve, algunos tanto anhelan.


 







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