Noticia original publicada en elpueblodigital.es
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, ha trasladado hoy a la presidencia de la UE la necesidad de terminar con la parálisis hidráulica existente y construir nuevas infraestructuras para hacer frente a los efectos del cambio climático.
El también presidente de la Comunidad Euromediterránea de Regantes (EIC) advierte que esos efectos perniciosos se están notando ya incluso en el norte de Europa y que cada año la temperatura media aumenta a un ritmo de casi un grado.
Del Campo, que ha intervenido en la Asamblea General de la Red de Mediterránea de Organismos de Cuenca (REMOC) celebrada en Malta, ha afirmado que Bruselas debe ser más liberal a la hora de plantear la construcción de nuevas infraestructuras. En este sentido, pide a las autoridades europeas que no caigan en el fundamentalismo ecologista que, en ocasiones, prima sobre criterios sociales y económicos y obstruye las garantías de agua de regantes y consumidores.
En este sentido, si bien defiende la Directiva Marco de Agua, que busca la preservación del medio ambiente, aboga por introducir una cierta flexibilidad en la interpretación del principio de no deterioro para avanzar de manera sostenible en la construcción de las obras, en un momento en el que el calentamiento global no sólo reduce la frecuencia de precipitaciones sino que eleva la temperatura media y obliga al aumento del consumo.
Del Campo opina que, a pesar de que actualmente Europa dispone del 40% de los recursos naturales, tiene que seguir construyendo obras hidráulicas para aumentar la garantía de agua, máxime cuando el cambio climático elevó la temperatura media global en casi un grado (+0,86º C) en 2016 y se espera que siga subiendo en la misma proporción para este ejercicio.
En el caso concreto de España, Del Campo ha explicado que se aprovecha alrededor del 45% de la pluviometría gracias a que tiene cerca de las tres cuartas partes de su extensión dotada con sistemas eficientes. Por eso, viven más de cuatro millones de personas en verano y una población flotante de más 70 millones de personas, incluyendo a los turistas.
Del Campo admite que se trata de una medida impopular entre determinados sectores, pero avanza que sólo mediante nuevas obras se podrán evitar los daños producidos por las lluvias, cada vez más torrenciales, y disponer de agua en los periodos de sequía, sobre todo en las regiones que viven de la agricultura de regadío.
Especialmente en estos lugares. “En un momento en el que organismos internacionales como la FAO advierten de la necesidad de aumentar la producción más de un 40% antes del año 2030 y más de un 70% antes de 2050, hay que ser conscientes de que esta demanda sólo podrá atenderse con el regadío porque estos cultivos producen cinco veces más que los de secano. De ahí la importancia de asegurar la continuidad de los regadíos modernizados garantizando que tengan agua para poder regar”.
A esta problemática se suma el Foro para la Ingeniería de Excelencia (FIDEX), que agrupa a las 11 principales ingenierías españolas. Según esta asociación, España necesita invertir 5.000 millones de euros en depuración y saneamiento de aguas en alrededor de 200 poblaciones que no cumplen con la Directiva Europea y que pueden suponer sanciones de Bruselas.
A esta inversión en nuevas infraestructuras del agua habría que añadir la destinada a modernizar y renovar las depuradoras y redes de saneamiento existentes. Es el caso por ejemplo de Madrid, que acaba de convocar el concurso para poner al día un sistema que data de los años 70 y que no cumple con los preceptos actuales de calidad de la Unión Europea.
Asimismo, otras comunidades como Andalucía, Galicia y Castilla-La Mancha están acelerando sus procesos de licitación desde el pasado año, empezando así a contrarrestar la parálisis inversora del sector público desde el inicio de la crisis, cuando el recorte en infraestructuras bajó del 2% del PIB, lo que impidió culminar la ejecución del Plan de Calidad de las Aguas 2007-2015.
De hecho, España ocupa en la actualidad el puesto 26 de entre los 28 miembros de la Unión Europea en inversión pública en depuración y saneamiento, con una inversión media de 6 euros por habitante, que debería al menos duplicarse para corregir los desequilibrios y cumplir con la normativa comunitaria en materia de calidad de aguas.
Desde Fidex apuestan por corregir los desequilibrios hídricos en las cuencas. lo que supone terminar con la sobreexplotación de los acuíferos sin necesidad de recurrir directamente a la construcción de grandes infraestructuras, no exentas de polémica, como presas o trasvases.
Otra posibilidad es la puesta en marcha del Plan Hidrológico Nacional. Claro que esto choca de frente con las comunidades autónomas que, en los últimos años y amparadas en los Estatutos de Autonomía, se han erigido en “propietarias” del agua que transcurre por sus territorios.
Según el director general de FIDEX, Fernando Argüello, “si bien quedan infraestructuras por hacer, el reto que plantea el agua en nuestro país, debido al desequilibrio entre cuencas y el cambio climático, requiere pensar en planificación y diseño y no tanto en hormigón”.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/agricultura2000/noticia/8/agricultura/128061/fenacore-pide-a-europa-mas-infraestructuras-para-mejorar-el-uso-del-agua
Temas relacionados
-
Obras
-
Infraestructuras
-
Consumo
-
Unión Europea
-
Comunidades de regantes
-
Lluvias
-
Construcción
-
Asociaciones
-
Medio Ambiente
-
Cambio climático
-
Verano
-
Agua