“La belleza escondida es cuando sabes que alguien te dice la verdad”

A Inocencio Navarro, pintor y durante muchos años profesional de la Comunicación, le gusta observar las miradas que asoman entre las mascarillas de esta pandemia mientras sus pinturas esperan una oportunidad para volver a ver la luz.

Vemos que le gusta disfrutar de un buen café.

Sí, tengo una cafetera estupenda en mi casa y suelo prepararme unos capuchinos espectaculares con una receta que me dio un barman.

Como hombre que vive solo, ¿suele pedir recetas de cocina?

Guardo recetas de mis dos ex mujeres. La primera preparaba unas croquetas únicas, y la segunda, su especialidad era el pollo frito. Cuando Juan Goytisolo cedió su obra manuscrita al Instituto de Estudios Almerienses se realizó luego un almuerzo con 'Cous-cous', y ahí aprendí a cocinarlo.

¿Cuál fue su primera pintura?

Fue una casita al óleo que pinté con 5 años. Mi abuelo pintaba. Aparte de que es un dibujo sencillo, la casa es el sitio donde estamos, donde nos refugiamos; nuestra referencia y el lugar donde creo mis acuarelas y retratos.

Su recorrido laboral ha sido extenso en la Comunicación.

Trabajé en La Voz como responsable de Grabación y Diseño. Luego fundé una agencia de publicidad y más tarde fui jefe de publicidad de Briseis. Después trabajé en Madrid como director creativo publicitario, más de 20 años. Ahora disfruto de mi jubilación en Almería.

¿Cómo se inició en la técnica del retrato?

Con 19 años hacía retratos por mil pesetas a los turistas alemanes que llegaban a la Urbanización de Roquetas de Mar. Pinté un grafito al camarero del restaurante como reclamo para que todo el mundo lo supiera. Gané mucho dinero.

¿Cuál es la pincelada clave que da el carácter a un retrato?

No hay una pincelada clave. La pintura es un todo y todo está en la armonía. Que haya equilibrio, que los colores no choquen, que no se peleen; pasa como con las pinceladas que se desean en la vida. La gente se queda muy impresionada con la mirada de mis retratos.

Su admirado Van Gogh dijo que "Es bueno amar tanto como se pueda porque ahí radica la verdadera fuerza de la mirada y los sentimientos".

Es posible. Cuando estás muy enamorado de alguien o quieres mucho a alguien, lo miras de una manera especial. He leído 'Cartas a Theo' pero no recordaba esa frase del genio de la pintura. Sin el apoyo de su hermano no hubiera podido hacer lo que hizo.

¿Las miradas de las mascarillas y el perfume hacen inolvidable un encuentro?

Es paradójico, pero hace 20 años tuve un accidente de coche y estuve un mes en coma, perdí el olfato.

O sea, ¿que no percibe el olor del café que está tomando?

El sabor lo noto perfectamente, pero no huele absolutamente nada.

¿Y usa perfume?

Pues no.

"Hay en el perfume una fuerza de persuasión más fuerte que las palabras, el destello de las miradas y los sentimientos". Lo dijo Patrick Süskind.

El perfume tiene muchas connotaciones y un poder evocador. Cuando yo podía percibir el olor, me transportaba a lugares de mi infancia.

Háblenos de los personajes de los retratos que muestra en la imagen.

El retrato de Tomatito realizado en grafito representa a la guitarra flamenca que no rehúye los riesgos de expresar los límites. El óleo de Carlos de Paz expresa a un gran fotógrafo que es un gran amigo, y además gente encantadora como Emilio Fernández que, junto con Miguel Morales, gestionan la galería 'Acanto', la sala de exposiciones de arte y enmarcación.

¿De qué habla con sus colegas artistas?

Nos preocupa cómo dar salida a nuestro trabajo en la pandemia. Tengo contacto con los artistas Javier Huecas y Ginés Cervantes, pero no todo trata de cultura. También tomamos una cerveza.

¿Dónde encuentra la belleza de las personas?

Hay dos bellezas diferentes en una persona que pueden coincidir o no. Luego está la belleza escondida, como cuando hablas con una persona y sabes que lo que te está diciendo es verdad.

Fíjese lo que escribió su admirado Enrique Morente: "Dices que tú no le quieres, pero la veredita de tu casa a la suya no cría yerba".

(Se ríe a carcajadas) Es poesía pura! Enrique Morente es un genio porque ha trascendido el flamenco. Para mí 'Omega' es un monumento a la música en general y al flamenco en particular. Y su álbum 'García Lorca' es una obra maestra.

¿Los jóvenes de su generación fueron educados para expresar sentimientos?

Franco murió cuando yo tenía 20 años. Había mucha represión a todos los niveles. Emocional, política, social y sexual. La noche del 14 de agosto de 1976 en la que fue muerto Javier Verdejo mientras hacía una pintada, yo estaba pintando con un espray un barco con redes de pesca en el barrio de Pescadería, y también pinté 'Trabajo y Libertad'.