La calle que nos ‘examina’ fuera

La muy antigua, humilde y todavía abandonada calle de Almanzor se ha convertido en la avenida principal de la ciudad, en la calle que nos examina continuamente ante los ojos de los turistas que nos visitan. De su estado de salud depende directamente la imagen que se llevan de nuestra ciudad los forasteros.

No existe una calle ahora mismo en Almería con tanta importancia. Los turistas no buscan el Paseo ni tampoco la Rambla o el Paseo Marítimo. Todos vienen con el objetivo de encontrar lo antiguo, las raíces de la ciudad, y en esta ruta el destino final es siempre la Alcazaba.

En ese camino hacia las murallas tanto la calle de Almanzor como sus adyacentes han adquirido un protagonismo que no tenían hace una década. Rincones como la Plaza de Cepero, la calle Molino Cepero y sus callejones forman parte de la hoja de ruta de los turistas y también de cientos de almerienses que los fines de semana se adentran en sus encrucijadas atraídos por la historia y también por las dos teterías que han echado raíces en en grandes alicientes para el público.

A pesar del momento de esplendor que vive el barrio y especialmente la noble calle de Almanzor, la subida a la Alcazaba no responde actualmente a las expectativas y sigue presentando un estado deplorable. Hace más de dos años que derribaron las casas del costado derecho para dejar libre el cerro de la Alcazaba y todavía no hay noticias del proyecto de remodelación de esa falda monumental. Pasaron las piquetas, pasaron los arqueólogos con sus excavaciones, y la subida sigue esperando una respuesta. 

El pavimento es un drama, con agujeros infames que ponen en peligro la integridad de los caminantes, a lo que hay que añadir el grave problema del tráfico, ya que la calle de Almanzor es en estos momentos el paso principal de vehículos desde el centro de la ciudad hacia los barrios de San Antón, Reducto, Plaza de Pavía, La Joya y Pescadería, lo que supone un tráfico constante que choca de frente con la esencia de una calle que debería de ser principalmente peatonal. ¿Se imagina alguien que la calle que accede a la Alhambra de Granada fuera una ‘autovía’ y que además se utilizara por algunos conductores para acelerar y asustar a los turistas? Pues esto es lo que viene ocurriendo en la calle de Almanzor, tan importante como olvidada por tantas y tantas administraciones a lo largo de la historia.

Es verdad que la actual corporación y la anterior se han tomado en serio adecentar el barrio y su labor empieza a ver los resultados, pero para conseguirlo de manera integral, para que estos rincones sean de verdad una parte del centro de Almería, tienen que tener además de limpieza y mantenimiento, un orden y una paz que no han tenido hasta ahora, y todo pasa porque la presencia policial sea tan importante como la que pueda tener el Paseo.