La peligrosa moda de Cabo de Gata: “Hasta que alguien se parta los cuernos”

Este verano, los vecinos de Cabo de Gata han sido testigos de una estampa alarmante que, de hecho, han denunciado en repetidas ocasiones a través de las redes sociales la peligrosa situación. Y no, esta vez no se trata de las piaras de jabalíes que día sí, día también, continúan paseándose por las calles de la barriada de Almería capital.

Tal y como ilustran en el perfil de Instagram desde 'Cabogatamemata', una de las últimas 'modas' en Cabo de Gata es acceder al torreón de San Miguel y subir a su punto más alto para, desde ahí, hacer fotografías del idílico atardecer almeriense.

"Recordad que el torreón está en peligro de derrumbe, y que es peligrosísimo acceder a él. Más aún, subir a él", advierten desde el perfil vecinal en redes sociales, donde narran también que, en los últimos tiempos, los visitantes han aprovechado el derrumbe del muro perimetral del torreón para acceder al recinto y subir: "No seáis gilipollas y no entréis al recinto aprovechando que los muros se cayeron porque, como he dicho antes, primero, es peligroso, y segundo, es propiedad privada", recuerdan.

De hecho, en los comentarios de las dos publicaciones en las que se denuncia esta situación, otros vecinos y visitantes de la zona señalan que es habitual y peligroso: "Vi hasta niños pequeños no más de 8 años subiendo", señalan, mientras que otros indican que "vi a 2 personas, días después 8 y un día de estos pasa una desgracia"...O el propio perfil de Cabogatamemata señala que la situación se repite día tras día, "hasta que alguien se parta los cuernos".

El torreón de San Miguel

Cabe recordar que, tras un largo proceso burocrático con algún vaivén que otro, el torreón de San Miguel podría estar cerca de pasar a manos del Ayuntamiento y, en un futuro no muy lejano, ser rehabilitado y recuperado.

Esta estructura defensiva que vigila la bahía de Almería desde el siglo XVI podría pasar a ser gestionado por el Ayuntamiento de Almería antes de que acabe el año. Hace tan solo un mes, Ayuntamiento de Almería y Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía en Almería retomaban las conversaciones para que el Torreón de San Miguel de Cabo de Gata pueda pasar a manos municipales y proceder a la rehabilitación que para este espacio tiene previsto el Plan Turístico de Grandes Ciudades desde hace ya algunos años.

Más allá de la rehabilitación de este punto patrimonial de Almería y el hecho de que dejara de suponer un riesgo para la seguridad de quienes pasan a su alrededor (o de quienes osan a acceder al monumento) supondría un importante empujón para el barrio de Cabo de Gata que desde hace años reclama que se convierta en un espacio restaurado y en uso como importante emblema patrimonial de toda la zona.

No obstante, los trámites burocráticos no serán tan sencillos: más allá del visto bueno de la Junta de Andalucía, dentro de la tramitación administrativa también tiene que respaldar la cesión de uso (nunca de la propiedad) la Dirección General de Costas en representación del Ministerio de Transición Ecológica que es el titular, aunque en los últimos tiempos siempre se ha mostrado proclive a ello, ya que permitiría rehabilitar un inmueble que acumula deterioro y para cuya restauración no tienen fondos previstos.

El proyecto

Para la rehabilitación de este espacio se realizó un concurso de ideas en el año 2018 en el cual participaron 99 estudios de arquitectos. Este proceso lo ganó el estudio de arquitectura 'Cano Lasso' con un diseño en el que se ponía en valor la torre en su entorno natural sin mayores añadidos. Una actuación mínima que conectaba este bien patrimonial con todo el entorno de la playa natural de Cabo de Gata y la zona en la que se enclava.

De hecho, la idea de rehabilitar este espacio no es algo nuevo, sino que lleva en la agenda municipal desde el año 2008. Fue entonces cuando los vecinos de la zona reclamaron su gestión a través de un consorcio. El Ayuntamiento entonces esperaba que se le pudiera ceder casi sin problemas, pero tras analizar la petición, la Dirección General de Costas  decidió que, para poder hacer de forma legal la concesión administrativa del edificio, tenía que publicarlo en el Boletín Oficial de la Provincia (BOP) y someterlo a las alegaciones de la gente. Era ya diciembre de 2010 cuando ese proceso administrativo se cierra sin alegaciones y todo quedaba en manos de Costas. Hasta la fecha.