Luis Fernández Revuelta, el que mejor vendió el turismo de Almería

A Luis Fernández Revuelta le preocupaba que Almería no tuviera una marca consolidada. Buscaba algo más que el Indalo o la marca Costa de Almería. Fue un aventurero, innovador que pensaba en las carencias de infraestructuras. Pensaba que había que sumar cultura y ocio con visitas guiadas y preservar el patrimonio arquitectónico y la joya de Cabo de Gata.

El Paseo de Almería ya empezó a echar de menos su sabiduría y eficacia desde su agencia de viajes Alysol que abrió el año de las bombas de Palomares y la apertura del Parador de Mojácar, la década en la que coincidió con Fraga Iribarne.

Para los que lo conocíamos es una pérdida grande. En su cabeza estaba la génesis de la modernidad y desarrollo de la provincia. Paseó el nombre de la Almería del turismo por el mundo entero.

A Luis Fernández Revuelta lo consideré desde mis inicios profesionales como un optimista, simpático y con una inteligencia inmediata. Teníamos una conexión especial desde que lo conocí en Mojácar, junto a su inseparable José María Rossell, durante la quiebra del touroperador británico Court Line que tanto hizo en 1974 al despegue turístico de Mojácar.

Eran los tiempos de los primeros hoteles Indalo de la Plaza de Mojácar. El hotel Mojácar y Moresco. Ahí estuvo con el primer hotel naturista, cuando se estaba consolidando el espacio de Puerto Rey y Cortijo Grande. Desde esas fechas,nos encontramos por toda la provincia y en especial con la apuesta de Rossell por Roquetas de Mar.

Un par de veces, durante los últimos años, con su sonrisa, siempre bronceado, echábamos unas risas comentando la actualidad con humor y cierta distancia.

Mientras escribo desde el Auditorio Maestro Padilla, escucho a 178 profesionales del Distrito Sanitario de Almería,en su fiesta de jubilación, entre ellos mi esposa Marisa, hablar de dedicación a los demás y de servicio público. Desde el ámbito privado, Luis Fernández Revuelta fue uno de los grandes del turismo y trabajó por una Almería con luces largas.