Vivir en una ciudad tranquila, donde acompaña un tiempo agradable durante casi todo el año, es todo un privilegio. La capital almeriense reúne dichas características y por su entorno y extensión es un lugar idóneo que invita al paseo a cualquier hora, a excepción del verano, como es evidente. Con la llegada de las sofocantes temperaturas en estas fechas, salir a caminar bajo un sol de justicia es todo un deporte de riesgo en esta ciudad en la que el hormigón siempre ha tenido preferencia frente a un arbolado frondoso. Sin embargo, hay vías y plazas repartidas por el núcleo urbano en la que los árboles han ido creado con el paso de los años agradables reductos de sombra, sin contar el gran 'pulmón verde' que es el Nicolás Salmerón.
En un desierto frente al mar, en el que los edificios son las dunas, hay algunos 'oasis' en vías y plazas de Almería que permiten a los viandantes darse un respiro bajo el cobijo de arbolados que ejercen de pequeños bosques, sin llevar la etiqueta de parques, repartidos por diferentes puntos de la capital. En las calles América u Obispo Alfonso Ródenas, en Ciudad Jardín, los ficus de una y otra acera se abrazan en las alturas creando precioso un túnel de ramas y hojas que hacen de estas vías entornos frescos y llenos de vida arbórea que favorecen al bienestar humano. Y es que cabe recordar que los árboles regulan la temperatura, limpian el aire, reducen la polución acústica, combaten el cambio climático y son un refugio de la biodiversidad, entre otros muchos beneficios para la sociedad y el entorno urbano.
Otros ejemplos de calles y plazas de Almería convertidas en pequeños bosques se encuentran en El Zapillo, siendo el más llamativo el ubicado en la calle San Miguel. Grandes ficus crean una cúpula gigante que lo convierte en el lugar del barrio con más sombra, aunque curiosamente es un parque que desde hace años no tienen ni bancos para sentarse ni zona infantil para que jueguen los niños. Sí hay posibilidad de sentarse en Plaza Benínar. Donde estuvieron ubicadas las antiguas barracas de mercadería ahora hay una zona de arbolado en la que cada mañana numerosos jubilados pasan el rato jugando al dominó y charlando.
Un lugar amable para pasear a la sombra en Almería es el tramo de la Avenida del Mediterráneo desde la rotonda del Parque de las Familias hasta calle Hermanos Rufino, donde los ficus no solamente dan cobijo a los caminantes o los que se sientan a descansar, también han sido objeto de polémica por tapar la luz de las farolas, por la carencia de poda, y dejar con poca visibilidad para los conductores a esta altura de una avenida que dirección hacia el puente cuenta con otros dos 'oasis' verdes: entre las calles Mejorana y Lentisco, en Cortijo Grande, y en calle Las Alpujarras, en Las 500 Viviendas, frente a la gasolinera.
Todas son ubicaciones que sirven como ejemplo de masa verde real, que no tienen nada que ver con nuevos parques sin alma vegetal. Son lugares que generan en su entorno numerosos beneficios y que realizan sobre todo una importante labor en ciudades como Almería, donde el clima cada vez se volverá más extremo. Por ello, desde hace años, expertos arboristas demandan que tengan un mantenimiento idóneo. La presencia de zonas de arbolado son esenciales para hacer frente al calentamiento global y generar un ambiente fresco en una capital en la que el calor forma parte de su ADN. Estos pequeños bosques son reductos de sombra y vida en diferentes calles y plazas, invitan a pasear, a sentarse y refugiarse de las altas temperaturas de estos meses veraniegos.
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