Los seis almerienses escondidos en la fachada de la Catedral de Murcia

La vecina ciudad de Murcia afronta en estos momentos todo un reto patrimonial: restaurar la icónica fachada de su Catedral, una de las obras cumbre de la arquitectura barroca en España. Y la Diócesis de Cartagena ha aprovechado la ocasión para que las obras no pasen sin pena ni gloria. Entre otras cosas, el andamiaje de más de 30 metros de altura está ahora cubierto por una lona llena de humor y referencias culturales realizada por el humorista gráfico Puebla y, además, instalar un andamio doble para hacer posible la existencia de 'Los secretos de la fachada', una visita guiada por las obras de restauración que permite a murcianos y a visitantes conocer al detalle el monumento, además de ver de cerca el avance de los trabajos de canteros, arqueólogos, restauradores...

Así, Los secretos de la fachada permiten ver de cerca los rostros de los cuatro santos hermanos de Cartagena (san Fulgencio, san Isidoro, san Leandro y santa Florentina), a San José, a San Juan Bautista, la Cruz de Caravaca que preside ese gran altar que es la fachada de la Catedral de Murcia, al dulce ángel de la guarda... Y a seis almerienses que viven, sin hacer mucho ruido, en el monumento. 

El origen

En los análisis previos al inicio de las obras, se estudió el origen de los distintos materiales presentes en la fachada de la Catedral, algo realmente importante a la hora de reponer algunas piezas que, por el paso del tiempo, se han perdido. 

La mayoría de la piedra presente en la fachada de la Catedral de Murcia tiene como origen cuatro canteras cercanas: Cantera de Mayayo, cantera de Los Garres, cantera de Cuello de Tinajas y cantera de El Partidor en Abanilla. "Estamos 100% seguros de que se extrajo piedra de esas canteras para la construcción del imafronte y, por tanto, intentaremos extraer uno o dos bloques de esas canteras para poder hacer algunas pequeñas reposiciones de los elementos faltantes", explicaba al iniciar las obras el arquitecto del proyecto, Juan de Dios de la Hoz (que también fue el arquitecto de la restauración de la torre campanario de la Catedral de Almería). 

Pero no, no toda la piedra de la fachada de la Catedral es murciana. Si la aldea de Astérix resistía la ocupación romana de (casi) toda la Galia, en la fachada de la Catedral de Murcia seis piedras de otro lugar resisten la absoluta presencia murciana. ¿De dónde? De Almería.

Tal y como explica el historiador del arte Joaquín Bernal Ganga, "hay seis piezas de mármol de Macael en la fachada de la Catedral". Y no se trata de seis piezas cualesquiera: cada una de las tres grandes puertas de la fachada de la Catedral de Murcia (la de San José o del Concejo, la de San Juan o del Obispo y la del Perdón) están escoltadas por una pareja de columnas rojas. Y es ahí donde entra en juego Almería: cada una de las grandes columnas que custodian las tres puertas de la Catedral de Murcia tienen capiteles de mármol blanco de Macael.

Y si sabemos en 2024 que estos seis monumentales trozos de mármol almeriense tallados proceden de nuestra provincia es gracias al padre de la fachada, el valenciano Jaime Bort y Meliá. "Lo bueno de Jaime Bort es que era muy meticuloso y muy concreto a la hora de pedir la procedencia de la piedra necesaria para las obras de la fachada", explica Bernal Ganga.

Ahora, las seis piedras de mármol que hacen las veces de capiteles en la Catedral de Murcia serán tratadas, limpiadas y restauradas para que brillen con el esplendor que debieron tener en pleno siglo XVIII, cuando Jaime Bort afrontó el primer tramo de unas obras que se extendieron menos de 15 años, entre 1737 y 1751. El gran teatro de piedra que es la fachada de la Catedral de Murcia se prepara para lucir mejor que nunca. Y el mármol de Macael también lo hará.