Bajar a la playa de Aguadulce, un reto

Las empinadas cuestas y escaleras del Puerto al Portomagno frenan a las personas mayores

Escalera de bajada desde la calle Isla de La Toja. e;clip:rect(
Escalera de bajada desde la calle Isla de La Toja. e;clip:rect(
Marta Rubí
20:29 • 06 ene. 2014

Escaleras interminables y cuestas con una fuerte pendiente son una constante en los accesos al Paseo Marítimo desde Aguadulce Sur. Especialmente, en la zona que va del Puerto Deportivo hasta el hotel Portomagno, y también en la zona de Villa África. Unos obstáculos que hacen que los vecinos con movilidad reducida vean imposible bajar a la playa para dar un paseo. 




A las personas mayores “les da miedo” transcurrir por estas calles a accesos peatonales y muchos de ellos han desistido ya y prefieren quedarse en la plaza de la Concha o de Los Mariscos, o incluso en el parque municipal, antes que disfrutar del azul del mar.




Cinco escaleras Las dos calles más cercanas al Puerto Deportivo de Aguadulce son dos empinadas cuestas. La calle Islas Azores y la Rambla de la Gitana -llamada también cuesta de Las Fuentes por el alto edificio que se sitúa en su inicio- son las vías naturales de bajada al Paseo Marítimo desde la parte más oriental del núcleo urbano, pero, según cuentan los vecinos de mayor edad, resultan peligrosas para personas que necesitan apoyos para poder caminar. 




Desde Las Fuentes al hotel Portomagno existen otras cinco escaleras peatonales que permiten la bajada desde las calles Isla de La Toja, Isla de Arosa, Francisco J. Cervantes, Islas Cíes o Isla de Lanzarote. Una de ellas está tapiada y las otras cuatro, a pesar de presentar una buena iluminación, son también consideradas un obstáculo para los mayores. Cuentan con unos ocho tramos de escalones, también con una fuerte pendiente. Tampoco las escaleras que se encuentran junto a la Residencia de Tiempo Libre de Aguadulce, con tramos más suaves, da confianza a los vecinos que cuentan con movilidad reducida. 




Otra zona, esta vez en la zona de Villa África, presenta el mismo problema. La bajada a la rotonda por la calle del Naranjo es también una calle con una fuerte pendiente. Al otro lado de la rotonda, unos grandes escalones rebajan otra cuesta empinada, pero resultan insalvables para los roqueteros de mayor edad.




Una solución La campaña celebrada en diciembre por el grupo municipal de Izquierda Unida para que los vecinos pudieran presentar propuestas concretas a los presupuestos de 2014 sirvieron para conocer esta dificultad de los vecinos de Aguadulce. Un grupo de mayores se dirigía a los representantes políticos en la plaza de las Conchas para plantearles la necesidad de dar una solución a estos accesos. 




Los mayores proponían la construcción de un ascensor que sustituya alguna de las tortuosas escaleras de esta zona, de forma que pueda ser utilizado por ancianos y personas en silla de ruedas para poder acceder, como muchos roqueteros a lo largo del año, a disfrutar del buen clima en el Paseo Marítimo.




Mientras tanto, los vecinos de la zona seguirán quedándose en las plazas y parques del nivel superior por miedo a abordar estos obstáculos que les frenana a bajar.



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