EL ANÁLISIS DEL DÍA: La pasada temporada cuando los almerienses sacábamos la cabeza por la ventana de LaLiga veíamos con cierta tranquilidad que había equipos peores que el Almería y casi siempre tres metidos en el descenso. Eso lo supo aprovechar bien el entrenador y sus jugadores para llevar la campaña con cierta tranquilidad y aunque se logró en el último de los partidos, se salvaba la Primera. Hoy que el Almería pasa por su peor momento no existe consuelo en saber que hay tres peores para que bajen a Segunda porque somos los primeros a la hora de encabezar el pelotón del descenso. Los datos son fríos, pero están ahí. Últimos y sin ganar en once jornadas.
Cuando uno ve competir a los rivales podemos comprobar que ese grado de intensidad que te exige la Primera División no lo tienen nuestros jugadores a día de hoy con hasta tres entrenadores en su banquillo. No hay alma en los partidos y eso conduce a la derrota.
Somos los primeros en desajustes, en fallos defensivos, encajando goles tontos y en cualquier apartado negativo de LaLiga aparece un Almería que es carne de Segunda División por muchas vueltas que le demos.
Yo lo veo igual
Por mucho que me digan que se ha mejorado el nivel con Garitano, yo no lo veo. Dos derrotas más y dos partidos menos son las cuentas de la realidad. Por muchas ganas que le pone los jugadores no terminan de ser un equipo y los errores se repiten.
Esperaba y espero mucho del entrenador vasco en defensa, que jugara con cinco atrás para paliar el caudal de goles en contra y no mejora los registros conocidos porque fueron en Sevilla con Moreno y cinco en Girona con Garitano. Y del partido de Las Palmas ahora hablamos. Él quiere jugar con cuatro atrás. Es su elección como dijo en rueda de prensa.
No hay equipo
Me duele la boca de pregonar en el desierto que todo empieza por tener un equipo. Jugar como lo hacen los rivales todo un partido. No me vale un buen segundo tiempo o una salida de caballo potro en Girona para terminar como un burro penco.
Garitano necesita imponer un patrón de juego que se aprendan de memoria sus futbolistas y juegue el que juegue el equipo sea reconocible y no como ahora que no sabes por donde le van a salir sus muchachos. No hay equipo. No hay patrón de juego y como dice Carlos Miralles: “Ahora mismo hay más entrenador que plantilla”.
Se busca un patrón de juego.
Se buscan victorias.
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