“Partido muy especial. Gracias a todos”

Pasó por el Mediterráneo como un caballero, lo mismo que su compañero Luis Rioja. El almeriense Rubén Duarte no estuvo solo en su tierra, en su casa, y vivió una de las noches más especiales de su carrera deportiva. Enfrentarse a la UD Almería siempre es motivo de orgullo, máxime cuando lo hace en Primera División. Siempre ha hablado bien y ha respetado al club rojiblanco, para el que sonó el pasado verano si se marchaba Sergio Akieme. Finalmente ascendió con el Deportivo Alavés, renovó su contrato y ahora es el gran capitán del 'Glorioso'. 

Duarte (28 años), afrontó con el mayor respeto del mundo el encuentro, que acabó con clara victoria 0-3 para su equipo. Jugó como central rindiendo a buen nivel, consciente de que la lesión de Sedlar requiere de un punto más a todos los defensas cuando él es lateral izquierdo. Junto a Rafa Marín desactivó a Baptistao y después a Milovanovic. Con el pitido final de Ortiz Arias llegó la tranquilidad para el almeriense. Aparcó la tensión del partido y se dirigió a la tribuna baja para saludar a toda la familia y amigos que acudieron para arroparlo. Sus padres, su hermano Manolillo, y una foto final que muestra todo lo que hay detrás del capitán del Alavés. "¡Y ya tenemos 26! Un partido muy especial para mí. Gracias a todos. ❤️", ha escrito en sus redes sociales.

A la bonita historia de Rubén Duarte hay que sumar el gesto de Luis Rioja. El extremo sevillano llegó al balompié profesional gracias al Almería en el año 2018 y no ha olvidado la llamada del club que por aquel entonces presidía Alfonso García. Muchos viajes hizo Ibán Andrés a Marbella para verle jugar junto a José Corpas y firmó a los dos junto a Miguel Ángel Corona, director deportivo. Cuando Rioja marcó el segundo desde el punto de penalti pidió perdón a los aficionados, y al ser sustituido se llevó la mano al corazón. El respeto por la que fue su casa y el escudo se muestra con detalles así.

Otros dos ex del Almería también pasaron por el Estadio. El portero Antonio Sivera detuvo todas las llegadas al área por parte de los rojiblancos y Nikola Maras no disputó ni un solo minuto, aunque sí habló con varios de sus excompañeros. El 0-3 deja otras historias como la noche más especial de Rubén Duarte junto a los suyos, sus pilares.