Amago de explosión

Faltan ocho jornadas para que termine la peor Liga de todos los tiempos a la que no le faltan calificativos ya que se los han puesto de todo tipo y todos razonables. No se recuerda por esta tierra una campaña tan negativa ni un número de derrotas tan elevado y una cifra de goles sonrojante para los jugadores que ahora dirige Pepe Mel como antes Gaizka Garitano o Vicente Moreno. No se puede aguantar más y la prueba de ello fue ese amago de 'explosión' en el último encuentro ante Osasuna cuando se le cantaba a la directiva y a los profesionales por una afición que asiste a LaLiga de los horrores con un equipo que no da respuesta a sus rivales y ha caído en barrena hacia la categoría de plata. Hubo descensos dolorosos como el vivido por la Agrupación Deportiva Almería a comienzos de los 80 pero el equipo llegó a la recta final con la calculadora en la mano mientras que ahora no hay nada más que esperar a que las matemáticas certifiquen un descenso ganado a pulso en el terreno de juego por unos jugadores sin alma que no han dado una a derechas y han llevado al límite a sus fieles seguidores.

Ser del Almería ha sido siempre algo bonito y la fidelidad de los aficionados siempre ha estado a prueba de bomba hasta que llegó la temporada de asentarse en la élite y el equipo ha caído al pozo y no se ha levantado dando un espectáculo bochornoso en casa como sucedió en el último partido ante Osasuna cuando los aficionados miraron al palco y al terreno de juego para clamar por esas 19 derrotas y esa sangría de goles con cifras que ni se recordaban en una competición tan igualada y exigente como LaLiga.

Explotar

A los aficionados del Almería se les vendía una temporada "para disfrutar" que decía El Assy porque así lo mandaba Turki y había colas para sacar el abono y cambios de ubicación buscando el mejor lugar para ver a un Almería rumbo a Europa siguiendo el plan establecido por el ministro y presidente. No solo no se ha logrado estabilizar al club en la Primera sino que se va a bajar con muchas dudas de futuro y con una grada que ya no aguanta tanta derrota y apunta al palco y al terreno de juego en demanda de soluciones. Lo que pasó ante Osasuna fue solo un aviso para navegantes y puede ser peor en los cuatro partidos que quedan ante Villarreal, Getafe, Barça y Cádiz, en el que será partido para despedir una categoría tan bonita como la Primera División donde nadie pierde tanto como el Almería. Nadie sabe lo que va a pasar si llega un nuevo tropiezo con mala imagen ante el Villarreal.

Soportar

La capacidad de aguante de los aficionados del Almería tiene un límite y cuando el equipo cae derrotado y da la cara se marcha a casa sin abrir el pico pero lo que sucedió ante Osasuna no se entiende y ha significado un antes y un después para dirigentes y futbolistas sobre los que se pone el foco desde la grada. Lo sucedido fue solo un amago de explosión por parte de un sector de la afición, no todos, pero el desencanto es global y cuanto más cerca esté el descenso matemático mayor será el enfado. Perder con el Villarreal puede significar ese clamor que se resistía desde la grada viendo caer los sueños rojiblancos y el modelo de Turki por igual. Tras el amago de explosión ante Osasuna nadie sabe qué pasará si el Villarreal gana en Almería.