Han caído dos entrenadores en seis jornadas. Óscar Cano y Guille Abascal ya están el ‘Valle de los Caídos’ por el fútbol y ahora a por el tercero, que seguro será un inquilino de otro equipo en apuros. Los que llevan más tiempo en Segunda suelen dar más margen al técnico de turno pero los que han anunciado a bombo y platillo su regreso a LaLiga se ponen de los nervios y miran al banquillo en demanda de soluciones. El Tenerife no es un club para cerrar la tabla en Segunda y a las primeras de cambio puso en la calle a Óscar Cano como el Granada después de cuatro partidos en casa sin ganar ha cortado la cabeza a Guille Abascal. Los banquillos de los aspirantes están en el foco y si los puntos no corresponden a lo esperado ya sabe el entrenador lo que le espera. Esta temporada los ‘grajos’ han empezado a volar muy pronto y han caído dos con el tercero que estará a la vuelta de la esquina porque esto no para y la categoría exige mucho más que Primera.
El Almería puede estar relativamente tranquilo ya que Rubi ha firmado tres años y es la apuesta personal del presidente Turki Al-Sheikh. El equipo no ha empezado bien ni se encuentra en los lugares que corresponden al gran favorito pero el margen del técnico es mayor que el de otros compañeros en similar situación. Los tres que han bajado de Primera no terminan de adaptarse a la categoría y uno de ellos ya ha tomado medidas. El Cádiz es irregular pero también cuenta con la paciencia del presidente Vizcaíno, que se lo pensará tras cesar a Sergio y no salirle bien aquel cambio que acabó en descenso.
Margen
El margen de los entrenadores no se refleja ni en el contrato ni en la confianza que tenga depositada por parte de los dirigentes de los clubes. Quien marca la tranquilidad o la crispación es el resultado de cada fin de semana. Mientras los marcadores se vayan dando y el equipo se encuentre en el lugar que le corresponde, la temporada será tranquila pero si no llegan los resultados el banquillo se queda sin margen y a renglón seguido aparecen los nervios y el cambio. En Segunda hay menos paciencia que en Primera y el temor a bajar o no estar arriba lo marca todo.
Exigencia
La Segunda División es una categoría donde todos los equipos juegan para subir y para no bajar. No existe una zona de confort y todo se mueve en un margen de dos partidos. Han caído dos entrenadores de clubes llamados a subir a Primera pero el siguiente puede ser de uno de esos que sin pregonar el ascenso miran al abismo del descenso con un amplio desembolso económico. No hay jornada tranquila en Segunda y los equipos pasan de la euforia a la decepción a las primeras de cambio.
Afición
Esta temporada va de récords en la grada con la mayoría de clubes a tope de abonados y llenando los campos en cada partido. Hay ganas de fútbol en Segunda y todo apunta a que va a ser la campaña más rentable en lo económico para los clubes pero esto exige un plus en el césped. Los campos abarrotados y la ilusión desmedida exige de los mejores resultados y el que no los consiga en tiempo y forma pone a su entrenador en la picota. Han caído dos y el tercero está en cartera porque los clubes hacen sus inversiones, apuestan por grandes jugadores y tienen una masa social que les exige de forma implacable.
El siguiente entrenador en caer será...
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