Calma tensa en Palacio

Han bastado siete jornadas de competición para que las dudas vuelvan al Almería sobre si el modelo elegido es el mejor. El equipo está marcado a fuego como el favorito para el ascenso y sus números no solo dicen lo contrario sino que está en descenso a 1ª RFEF. La paciencia tiene un límite y LaLiga ha mandado al Almería al pozo y toca reconducir la situación, pero con las dudas en Palacio sobre si se ha acertado con el plan.

El presidente del Almería lo fiaba todo a su entrenador, Rubi, como también hicieron Tenerife, Granada o Cartagena, que ya han cambiado para evitar prolongar la mala racha de resultados. Rubi tiene margen de sobra y así se lo ha comunicado el brazo derecho del ministro de Arabia, Mohamed El Assy: “Rubi acabará la temporada y no vamos a cambiar”. Pero Turki quiere algo más. Necesita resultados inmediatos para que el Almería salga de esta peligrosa espiral de malos resultados y sensaciones.

Apuesta
Cuando el pasado verano no paraban de salir nombres de candidatos al banquillo del Almería sorprendía Turki a su afición con la vuelta de Rubi al banquillo “para repetir el ascenso a Primera”, como el propio entrenador comentaba en su presentación. Tan convencido estaba Turki Al-Sheikh de que era el ideal que lo firmó por tres temporadas conociendo los precedentes en el banquillo del Almería. Y va a seguir.

Con el equipo a las puertas de competir en Valencia frente al Levante, el CEO del Almería salía a escena y aseguraba que Rubi “acabará la temporada”. Solo unos días después el equipo ha entrado en descenso y en Palacio hay calma tensa porque esto no era lo esperado para la presente temporada.

El equipo ofrece dudas y el entrenador dice que va a tomar medidas, consciente de cómo se mueve el fútbol profesional cuando los marcadores no llegan. Seguro que Turki y Rubi no estarán de buen humor porque vieron potencial en esta plantilla que viene de un descenso y que todavía no le ha tomado el pulso a Segunda. Ocupar el puesto 20 no se contemplaba.

Tres años
Tan seguro estaba el presidente del entrenador elegido que hasta le ha dado plenos poderes a la hora de tomar las grandes decisiones. La primera y más importante fue elegir a los mismos futbolistas que bajaron de categoría, confiado en un cambio de actitud y tendencia. Esos jugadores por los que apostaba Rubi han conducido al equipo al descenso y acaban con la paciencia de la afición. Aquí mandan los resultados y no se dan para preocupación de la familia rojiblanca.

No es culpa del entrenador pero es la cabeza visible y las medidas suelen ir al banquillo cuando no se cumplen las expectativas. Turki seguro que cuenta hasta diez pero no debe olvidar Rubi que el fútbol no tiene memoria y cuando un equipo corre peligro saltan las alarmas, se entra en pánico, y se toman decisiones. Está ante el mes clave para hacer reaccionar el grupo.

Plantilla
Turki Al-Sheikh hizo justo lo que le pedía su entrenador elegido: mantener la plantilla más cara de la historia en Segunda. Con fichas que ni se conocen en la categoría y contratos de larga duración, los profesionales del Almería son unos privilegiados a los que quieren derrotar todos.  Suspiraba Rubi por el cierre del mercado con todos los futbolistas de la pasada temporada y salvo las salidas obligadas por contrato o por poner el dinero solicitado todos se mantienen con Nico Melamed como gran refuerzo del año. Los futbolistas han metido al Almería en un lío que no esperaban ni Turki, ni El Assy ni el propio Rubi. La fragilidad mental del vestuario pasa factura en partidos y clasificación. 

Favoritos
Ganarle al Almería es el objetivo de todos los equipos de plata. El club anunció su condición de favorito para el ascenso y lejos de fortalecer a la plantilla se ha vuelto en su contra ya que ganarle al gran aspirante es el reto de la categoría. El mayor presupuesto de Segunda con los jugadores mejor pagados y más caros de está en apuros. En Arabia Saudí se confía en que sea el inicio del despegue porque prolongar la situación puede generar cambios para revertir esta dinámica.

Rubi sabe que tiene margen y cuenta con el apoyo del CEO, pero los marcadores mandan y el técnico carga con la responsabilidad para liberar de presión al vestuario. Está en sus manos revertir una situación que no se conocía en Almería. Es uno de los retos más grandes de su carrera y la presión va en aumento.