Allá por el año 2015, coincidiendo con la reapertura del Puga ya bajo la gestión del Hotel Catedral, nuestro admirado y respetado Eduardo D. Vicente acuñaba un nombre para esa zona comprendida entre el final de la calle Real y la calle Marín, pasando por Jovellanos: nacía la 'milla de oro' del tapeo almeriense, a la que luego se sumarían algunas zonas de la calle de las Tiendas, la calle Arco e incluso, sin ir muy lejos, la Plaza Flores. En diez años, con algunas idas y venidas, poco ha cambiado en la 'milla de oro' del tapeo (a la que ahora habría que sumarle, sin lugar a dudas, la Plaza Vieja y la Plaza de la Administración Vieja. Pero a esta 'milla de oro' le ha salido competencia, y ahora hay otra zona en la capital en plena ebullición hostelera.
Lo que hace solo dos décadas era una zona yerma comenzando a desarrollarse, ahora es un barrio en plena ebullición, lleno de comercios y sí, también de bares. Y si no, que se lo digan a cualquier almeriense que se aventure a buscar aparcamiento de los jueves en adelante en las calles adyacentes a la Avenida del Mediterráneo. La zona de expansión que nació íntimamente ligada al necesario crecimiento hotelero ante la llegada de los Juegos del Mediterráneo celebrados en Almería en 2005 es ahora un barrio muy vivo y lleno de bares.
Una ruta de bar en bar por esta zona, a día de hoy, llevaría obligatoriamente más de una jornada. Empezando por la parte baja de la zona de la Avenida del Mediterráneo, hay dos paradas obligatorias: El Rincón de Basi en la Travesía de San Luis y, en plena Avenida del Mediterráneo, Tony García Espacio Gastronómico, instalado en el Avenida Hotel. Y este es solo el principio.
Precisamente frente al hotel está una de las calles del barrio que se ha convertido en epicentro hostelero de la zona: la calle Líbano, donde están La Galería Neo Taberna y el Tierra de Nadie. Y, por si fuera poco, también está El Goloso, una hamburguesería que ofrece, entre otras muchas cosas, churros muy valorados por la clientela.
Y subiendo la larga Travesía de San Luis llegamos a la calle Felipe II, donde está el meollo de todo el asunto: unos pocos metros que concentran no pocos bares de tapas que han logrado conformar el epicentro de esta nueva 'milla de oro' de la hostelería almeriense. No obstante, hacemos una parada a mano izquierda, en la calle Francia, para tomar café en La Yunga. Y seguimos en busca de bares, aunque todo empieza con un bar que no es de tapas, precisamente: el famoso restaurante japonés Asahi hace de 'puerta' a estos metros hosteleros por excelencia.
A partir del restaurante especializado en sushi, los almerienses se encuentran con el bar Aguamarga, el bar de tapas argentino Tango y con el clásico El Andaluz (único que sobrevive de la que llegó a ser cadena de bares de tapas de Almería). A ello hay que sumarle una de las últimas incorporaciones de la zona: Adorada Burger, haciendo esquina con la calle Padre Joaquín Reina.
Precisamente por esa calle continuamos con la ruta hostelera: ahí mismo está la Taberna Marinera. Girando a mano izquierda, uno de los imprescindibles del buen comer en Almería: el Salmantice (calle Costa Balear), recomendado por la Guía Michelin. Junto a él, una de las más prometedoras novedades de la cocina almeriense: La Casualidad.
Al otro lado de la Avenida del Mediterráneo
Si bien el epicentro hostelero de la zona de la Avenida del Mediterráneo se encuentra, sin lugar a dudas, en el entorno de la calle Felipe II, lo cierto es que al otro lado de la avenida la situación está en pleno crecimiento, así que volvamos tras nuestros pasos hasta el Avenida Hotel donde Tony García prepara sus platos.
A solo una calle se encuentra una parada obligatoria para los más golosos: La Tonta Mona, con el sello de la Pastelería Del Águila. Y seguimos subiendo. Triple apuesta en la calle Argelia: el cantonés Kaiyin, las tapas de Las Tiendas y el restaurante marroquí Marhaba forman un trébol internacional y prestigioso. Y a través de él, llevamos a la última novedad de la calle Italia, Las Cinco Suertes.
Y siguiendo por ahí (aunque cabe debatir si es la misma 'milla de oro' de los bares de la Avenida del Mediterráneo o si ya se consideran sus afueras), la oferta sigue creciendo: La Piedra en la misma calle Italia, o Morena Mar&Vino y La Bodeguica Miguel del Rei en la calle La Pilarica, junto a La Flor de Valencia y La Vermutería de la plaza Gaudí completan aún más esta zona que, alejada del centro, ha logrado convertirse en un auténtico polo de atracción de la ciudad de Almería a base de bares.
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