Un amor apasionado en ‘Pobre Diabla’

Marcela ya no puede ocultar sus sentimientos y reconoce a su mejor amiga que se ha enamorado.

La Voz
Pilar Martínez Manzanares
13:29 • 19 sept. 2024

Después de su polémico encuentro con Ariel Jr., Marcela quiere irse cuanto antes de la mansión y, con ayuda de Maruca, lo consigue. La joven se despide de la criada y le suplica que no le diga a Ariel Jr. quién es ella en realidad. "Si sabe que soy la viuda de su padre, me mata, y con razón, pues yo le he quitado sin querer parte de su fortuna", dice la chica. "Él cree que me llamo Rocío, que soy amiga de su madrastra y así debe seguir", añade antes de abandonar el lugar.



Rencor y venganza.



Con el paso de los días, la envidia y la venganza corroen a todos los miembros de la familia Mejía Guzmán. Todavía no pueden creer que la fortuna de Ariel vaya a parar íntegramente a Marcela y Ariel Jr., a quienes consideran unos intrusos. Lo peor de todo es que queda estipulado en el testamento que ambos también deberán hacerse cargo de la dirección de la próspera editorial y no delegar estas funciones en nadie. Emilce, que hace las funciones de vicepresidenta de la compañía, pone al tanto del cambio de dueño a los empleados de la misma.



Pacto con el diablo



Horas más tarde, doña Roberta le pide a una Emilce embargada por el hastío y el rencor que haga lo necesario para deshacerse de Ariel Jr., ya que es un bastardo al que apenas conocen. La mujer, incluso, le propone que seduzca al joven: "Quiero que mi nieto caiga rendido a tus pies y así puedas manipularle a tu antojo. A través de ti, la familia Mejía Guzmán podemos recuperar lo que nos pertenece. Por su parte, Ariel Jr. también sigue disgustado por tener que compartir su herencia con la viuda de su padre. Su única alegría es la milagrosa mejoría que ha experimentado su madre tras la operación realizada antes de establecerse en Caracas.



Visita inesperada



Ariel Jr. habla con Obarrio y le pide la dirección de Marcela: "Quiero conocer a la mujer que me robó parte de mi herencia". Aunque en un principio se niega, el abogado termina proporcionándole al chico la información que necesita. Dispuesto a hacerle sabe lo que opina de ella, Ariel Jr. acude a la casa de Marcela. Cuando la muchacha se asoma a la ventana y le ve acercarse, le pide a su amiga María Elena, que había ido a visitarla, que se deshaga de él: "Evita que entre en esta casa, mientras yo me voy por la puerta de atrás".



Una amiga leal

María Elena le abre la puerta a Ariel Jr. y este se queda impactado al reconocer en esta a la joven con la que intercambió su número de teléfono en un bar días atrás. María Elena dice que no conoce a ninguna Marcela

y que ella ya no vive en el lugar: «Esta casa se desocupó hace unos días y yo me estoy encargando de venderla». Ariel Jr. no cree en las palabras de la joven, pero no tiene más remedio que darlas por válidas. Eso sí, le promete que, tarde o temprano, volverá por el lugar: "Quiero confirmar por mí mismo que es verdad que aquí ya no vive nadie más, solo eso".


Palabras de amor

Marcela se refugia en casa de su amiga Emma. En un arranque de sinceridad, le confiesa a su amiga que está

cansada de jugar al gato y al ratón con su hijastro. Marcela siente que nada de lo que le ha legado su difunto marido le pertenece en realidad y admite que cree estar enamorada de Ariel Jr., pues no ha podido dejar de pensar en él desde que se conocieron. Marcela se sorprende ante la inesperada revelación y su amiga intenta hacerle ver lo absurdo de la situación. "Estás diciendo que amas al hijo del hombre con el que te casaste hace tres meses y acaba de morir. Ese sentimiento debería estar prohibido para ti", dice Emma.


Primera cita...

Emma le dice a su amiga que, probablemente, ese amor que dice sentir sea un espejismo: "Has vivido muchos sucesos importantes estos días y eso te ha nublado el juicio. Cuando descanses de todo esto, verás las cosas con más claridad".


Mientras tanto, siguiendo los planes de doña Roberta y gracias a Obarrio, Emilce se hace con el teléfono de Ariel Jr. La joven llama al chico y se presenta como una amiga de su padre y una alta ejecutiva de la editorial que acaba de heredar. "Creo que deberíamos vernos en personas y así podría explicarte cómo funcionan las cosas en la compañía", dice ella con un deje de sensualidad en la voz.


Alianza rechazada

Ariel Jr. acepta la cita y, una hora más tarde, ambos se ven las caras por primera vez. Emilce aprovecha esta primera velada juntos para adular el físico del joven… un físico que le recuerda demasiado al difunto Ariel… ¿Acaso podría Emilce enamorarse de Ariel Jr.? La mujer le propone a Ariel Jr. una alianza con los Mejía Guzmán en contra de Marcela: "La familia quiere que usted y ellos luchen juntos para acabar con esa arribista". Ariel

Jr. rechaza la oferta: «En este juego, voy solo». Después, Emilce visita a doña Roberta y le traslada la respuesta de su nieto.


Confesión de amor

Al día siguiente, María Elena y Ariel Jr. se vuelven a encontrar en el mismo bar en el que se vieron por primera vez. La joven se sienta en la mesa que ocupa su nuevo amigo y le confiesa que se ha enamorado de él: "Me fascinas. Me gustaste desde el día en que te conocí y me gustaría que nuestra relación avanzase". Ariel Jr. corta a María Elena y le dice que, en este momento, solo puede ofrecerle su amistad, pues su mente está puesta en otros asuntos.


Posteriormente, Ariel Jr. lleva a Alma a la mansión de los Mejía Guzmán. "Pronto nos instalaremos aquí, porque esta es nuestra casa ahora", le dice a su madre.


Doble identidad

Pasada una semana, Marcela se da cuenta de que no puede continuar escondiéndose de su hijastro, sobre

todo, ahora que ha sido llamada por Obarrio para asistir a la lectura oficial del testamento de su difunto esposo.

Un acto al que asistirá Ariel Jr. Sin embargo, viéndose todavía incapaz de afrontar la realidad, le pide a su amiga Emma que se haga pasar por ella: "Tengo mucho miedo de ir allí y que se descubra toda la verdad".


Farsa preparada

Emma se queda de piedra ante la sorprendente proposición. No cree que sea ético hacerse pasar por Marcela ante los inquisitivos ojos de Ariel Jr., pues corren el riesgo de ser descubiertas. Pero, por otra parte, comprende que Marcela es su amiga del alma y que no puede fallarle en un momento tan importante para ella, porque es mucho lo que las une. Finalmente, Emma acepta la propuesta de Marcela. Eso sí, le ruega que le ponga al tanto

de todo, porque, con toda seguridad, los presentes en la lectura del testamento la estarán observando de forma concienzuda.


Mentira descubierta

Llega el esperado día de la lectura oficial del testamento y eso le da a Ariel Jr. la posibilidad de conocer a la que fuera esposa de su padre. Al menos, eso es lo que él cree y, de hecho, no tiene por qué dudar, ya que esta es la primera vez que ve, conscientemente, a esa mujer. Aleccionada por Marcela, Emma no termina de representar bien su papel y su interpretación no resulta nada convincente. Ariel Jr. sospecha que la mujer que tiene frente a él no es la misma que usurpó el lugar de su madre en el corazón de su progenitor. Al verse descubierta, Emma huye de la mansión.


Petición arriesgada

Es entonces cuando Marcela recurre a su plan B. La joven le pide a María Elena que sea ahora ella quien asuma su identidad. "Obarrio me ha llamado y me ha dicho que la nueva vista para la lectura del testamento se llevará a cabo dentro de una semana", dice la joven. María Elena sabe que asumir la identidad de Marcela provocará que su amistad con Ariel Jr. se vaya al traste: "En cuanto él crea que yo soy tú, me odiará con toda el alma". No obstante, María Elena no se atreve a decirle que no a su nueva amiga y termina aceptando.


Un duro revés

Al mismo tiempo, Ariel Jr. habla con su abogado y comparte con él su idea de vender la parte de las acciones de la editorial y la parte de la casa que su padre le dejó en herencia: "No quiero tener que compartir nada con la verdadera Marcela, si es que aparece en algún momento". El abogado acaba de un plumazo con las ilusiones del joven cuando le responde que eso es imposible. "Su padre estipuló en el testamento que no podía venderse nada. Así que usted tiene dos opciones: o comparte la fortuna con su madrastra o renuncia a todo. Lo siento, pero no puede hacer nada más".


Emilce, a por todas

Emilce disfruta de sus últimos días como directora de la editorial de los Mejía Guzmán. Sabe que en cuanto el testamento se haga oficial, ya no podrá comportarse como la dueña y señora de esa empresa. La mujer, con ayuda de doña Roberta, idea nuevas formas de destrozarle la vida a Marcela y hacer que salga huyendo de la ciudad. Emilce habla con uno de los periodistas que forman parte de la plantilla de la editorial y le exige que haga una profunda investigación de la vida de Marcela: "Quiero que busques cualquier trapo sucio suyo que me sirva".


El gran debut

Mientras tanto, María Elena escucha con atención la historia de Marcela y Ariel. Quiere empaparse de todo detalle, por si, durante la lectura del testamento, le hiciesen alguna pregunta para confirmar que ella es la verdadera Marcela.


María Elena demuestra ser una alumna ejemplar y pilla toda la información al vuelo. El tiempo se acaba y su gran debut representando el papel de Marcela ante Ariel Jr. está a punto de empezar. ¿Caerá esta vez el joven en la trampa?


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