Ignatius Farray me parece un cómico horroroso. Sin embargo, creo que es uno de los mejores filósofos que ha dado nuestro tiempo.
Decía hace unos días en ‘La Vida Moderna’, el programa de la Ser que presenta ese ‘golden boy’ que es Broncano, lo siguiente: “Antes había que hacerse un hueco en el mundo y ahora estamos intentando hacer un mundo dentro de nuestro hueco”.
El hueco de cada cual puede tener más o menos metros cuadrados, pero lo cierto es que se están construyendo mundos que ya quisiera haber redondeado Dios. Claro, Él tuvo solo 6 días y una siesta y nosotros vamos ya por un mes, que se dice pronto.
Hay de todo: ahora la gente hace pan, 4 clases de gimnasio diarias (que son las que se clava mi madre entre pecho y espalda), reuniones con amigos que no veían desde hace siglos y todas esas cosas que ya se han convertido en topicazos de columnas de medio pelo como esta.
Y en estos últimos días, mi hueco se ha llenado de una oferta tradicional-religiosa-folclórica que me ha desbordado.
Lo confieso: he tenido a mano más procesiones de las que puedo seguir, y eso, hablando de mí, es mucho decir.
Bromas aparte, el objetivo de estas líneas en un Domingo de Resurrección como el de hoy es, simplemente, dar las gracias.
Porque mis amigos Ricardo y Javi se tiraron toda una tarde retransmitiendo para miles de personas sus respectivas procesiones, sin haber salido a la calle; Víctor nos ha regalado obras que en unos años decorarán paredes recordando lo que no pudo ser; Fernando Salas ha orquestado unas crónicas que ojalá hubieran tenido el reflejo de la realidad en las calles, porque ellos lo han escrito como los ángeles; en la tele ha estado Alfredo contándonos procesiones de cuando salíamos a la calle; Lola, Juanfra y Balta han ayudado a que esta casa sacara un especial cofrade sin un nazareno en la calle; las donaciones de Prendimiento, Estudiantes y Resucitado han dado Vida recordando para qué hacemos todo lo que hacemos, igual que el voluntariado de Pasión o Macarena; y Sierra ha hecho que esta Semana sea divertida, que se dice pronto.
Porque hemos hecho un mundo (cofrade) en este hueco, en este rinconcillo nuestro, y hemos sido felices. Gracias.
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