A veces, la mirada de una sola persona se convierte en la mirada preferida por miles de personas. Sobre todo, si la mirada se desgrana en palabras. Todo parece indicar que eso es lo que ha sucedido con los ojos de la periodista y escritora Marta Rodríguez, que han sido los ojos favoritos de los lectores-seguidores de su serie de columnas periodísticas titulada ‘Cuando fui náufraga. Diario de una cuarentena’ (La voz de Almería).
Como dijo Marta con su iluminada sinceridad, esta escritura diaria tuvo mucho que ver con las emociones y las compañías que ella hubiese necesitado recibir en su aislamiento obligado. Quizás a sus lectores les sucedió lo mismo, hasta que se volvieron adictos a la ternura inteligente desplegada en cada frase, en cada personaje, en cada situación. En cada día de confinamiento.
Las cuarenta entregas de este collar de textos son el contenido del libro presentado el pasado miércoles en Clasaijazz, editado por la Universidad de Almería, con la colaboración de Cosentino y La Voz de Almería.
Los textos aparecen ilustrados con las mismas fotos que acompañan las columnas de La Voz, firmadas por prestigiosos fotógrafos almerienses como Carlos de Paz, Antonio Jesús García, Marina del Mar, Rodolfo Caparrós y Guillermo Fuertes . Precedido de un prólogo del escritor Miguel Ángel Muñoz, el libro incluye un epílogo de la autora, valioso como testimonio personal.
Evaristo Martínez, compañero de armas y páginas de Marta Rodríguez ofició la presentación de este volumen en un acto que llenó la sala del Clasi justo hasta donde lo permiten las exigencias sanitarias y que fue muy seguida en redes sociales gracias a que se emitió en streaming.
Además de la autora y del presentador, tomaron la palabra el responsable del Departamento de Divulgación de la UAL, José Antonio Garrido y el fotógrafo Carlos de Paz que ha intervenido en la coordinación editorial, además de firmar fotos que aparecen en la obra. Todo ello, entre las palabras y el piano del anfitrión Pablo Mazuecos.
Entrevista
Evaristo Martínez eligió con acierto el formato de entrevista para presentar el libro y, por extensión, a la autora en esta su nueva andadura literaria que ha iniciado con éxito incontestable: la obra es actualmente el libro más vendido en las librerías almerienses, según datos de la Asociación de Editores de Almería.
Conocedor de las claves de esta serie de textos y de la dimensión profesional y creativa de Marta Rodríguez por más de trece años de barricada periodística, Evaristo Martínez definió el libro como una suerte de crónica de viaje, pero también como una “geografía sentimental” de la ciudad. Y a su autora, como
amante incondicional de la profesión periodística y del comprometido placer de contar historias.
Según expuso Evaristo Martínez, esta serie de artículos recogidos en el libro “son la evidencia del crecimiento profesional y personal de Marta Rodríguez”. Además, el presentador aportó la perspectiva de quien ha conocido la trastienda de estos textos, recordando también el apoyo personal para convertirlos en un libro.
Edición
En este sentido intervino también José Antonio Garrido, quien dejó claro su convencimiento “desde las primeras columnas”, de que era este proyecto editorial, “era idóneo para la colección ‘Librerías del desierto’, motivo por el cual propuso esta idea al director de la Editorial de la Universidad, Miguel Gallego. “No fue necesario insistir mucho, porque pensaba lo mismo que yo respecto a las columnas de Marta”, explicó Garrido.
Carlos de Paz detalló aspectos destacables relacionados con la inclusión en el libro de las fotos, cuidando la edición y el tratamiento de las imágenes hasta convertirlas en un valor más de este volumen que parece tener vida propia.
Pablo Mazuecos rubricó la presentación con una delicada variación al piano que parecía evocar la puesta de sol de un día de confinamiento: dulce en la nostalgia y sereno en la armonía.
Después, la autora se enfrentó a una prolongada sesión de firmas de su libro.
Argumentos para seguir escribiendo
Desde la primera entrega, las columnas de Marta se adueñaron de las redes sociales, ese descomunal salvavidas para el Estado de Alarma. Sus textos, cuyos títulos podrían ser los versos de un poema, le han permitido conocer mejor a sus amigos, pero también enriquecer el ya extenso y cálido espacio humano que le ha reportado su profesión y su personalidad. Ahora, la relectura de estos textos se convierte, según la autora, en un valioso ejercicio de memoria que permite profundizar en la experiencia vivida. Quizás también para encontrar argumentos de cara a un próximo libro.
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