El gancho fue el que los convenció, una especie de tío Sam disfrazado de agente comercial de una naviera que iba por las aldeas reclutando emigrantes para las maravillosas islas de Hawai. Llegaba en un buen carro, con su sombrero hongo y su chaleco ajustado y llenaba la cabeza de pájaros a analfabetos labradores. Les hablaba de un paraíso en el Pacífico donde las mujeres dormían con guirnaldas en el pelo, hasta donde se viajaba por los mares como en una alfombra mágica. Muchos labriegos almerienses desesperados picaban el anzuelo del gancho porque nada podía ser peor de lo que ya tenían: hambre y miseria, acrecentadas por la crisis española del fin de siglo y por una nueva centuria que nada prometía.
Ese fue el origen de muchas historias de almerienses que marcharon a América y que ya nunca volvieron; una emigración poco conocida poco tratada que ha llegado a Almería a través de una deliciosa exposición de imágenes y objetos que ya está abierta al público en la Museo de Arte de Almería, junto al Preventorio. Lleva por título ‘Emigrantes Invisibles. Españoles en EEUU (1868-1945)", la primera muestra que la primera muestra que visibiliza la disgregada historia de decenas de miles de obreros y campesinos españoles que buscaron una nueva vida en Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX.
La muestra, que podrá visitarse de forma gratuita hasta el 25 de junio, traza el viaje vital y emocional que cualquiera de ellos pudo haber realizado a través de más de 300 imágenes, documentos, objetos y material audiovisual procedentes de álbumes familiares y cajas de recuerdos pertenecientes a los herederos de este legado. Este frágil archivo doméstico, de gran valor emocional e histórico, ha sido rescatado del olvido gracias a la labor de investigación y documentación realizada durante más de una década por los comisarios de la muestra: el cineasta y periodista Luis Argeo y el catedrático de la New York University James D. Fernández, ambos vinculados personalmente a esta emigración.
La llegada de la exposición a Almería ha sido posible gracias a la colaboración del Grupo Cosentino y al apoyo de la Fundación de Arte Ibáñez-Cosentino, el Ayuntamiento de Almería y la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales. “El gran logro de ‘Emigrantes invisibles’ es rescatar del olvido un episodio histórico y el patrimonio cultural de miles y miles de españoles expatriados en Estados Unidos, no solo con la Guerra Civil, sino mucho antes, en búsqueda de prosperidad.”, explicaba en su intervención Santiago Alfonso, vicepresidente de Comunicación y Reputación Corporativa de Cosentino.
Desde los estados de Florida, Ohio, California y Nueva York han viajado a Almería algunos de estos descendientes de tercera y cuarta generación que han cedido sus archivos familiares a la exposición.
Una muestra complementaria en Olula del río
Hoy tendrá lugar en el Museo Ibáñez de Olula la inauguración de una muestra complementaria a la exposición principal, que presta especial atención a tres de los destinos más significativos para la emigración andaluza (Hawai, California y Nueva York), así como a la figura del artista hispanoestadounidense, Federico Castellón (Alhabia, 1914 – Nueva York, 1971).
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