El pastor del Poli Almería

El presidente que vino de los campos de Níjar

Tony Fernández
20:51 • 09 nov. 2024

Aquel verano de 1983 tras la desaparición de la Agrupación Deportiva Almería y sin fútbol representativo, a Bernabé Navarro se le encendía la bombilla en Campohermoso y embarcó en una gran aventura a su presidente, José Meca Hernández. Un constructor de pueblo que iba bien y le salían las cuentas se metió en el mundo del balón para hacer grande al Campohermoso y lo consiguió alcanzando el ascenso a la Regional Preferente. En la Caja de Ahorros de Almería se presentaba de la noche a la mañana el nuevo Almería que se denominaría Polideportivo como su padre: el Campohermoso. Juan Antonio Román y Bernabé llevaban la voz cantante en la puesta en escena y en su segundo plano el que iba a ser patrón del barco. El presidente que vino de los campos de Níjar.



Gestión



Era muy joven para tanta responsabilidad. Osado y atrevido con las espaldas cubiertas por hombres de fútbol, iba a tumba abierta y hablaba sin cortarse un pelo. Los aficionados tomaron a su Poli Almería como el heredero de la Agrupación y todo fue más sencillo aquel 1983. Con el campo Franco Navarro cerrado, solo quedaba el Estadio de la Falange para presentar al equipo una tarde de fuerte viento de levante.  Meca saltó al terreno de juego con su junta directiva y se puso a presidir una entidad que de la mano de Bernabé Navarro a nivel de gestión iba perfecta. Se elaboró un presupuesto racional. Se buscaron jugadores y entrenador de la tierra y se hicieron abonados con la promesa de abrir el campo de Torrecárdenas. Todo se cumplió por obra y gracia de Bernabé Navarro.



Dinero



A Pepe Meca le llenaron la cabeza de fútbol y le hablaron de gloria deportiva, pero no de lo que costaba sostener un club representativo. Llegar a fin de mes era posible por la campaña de abonados, y pasada la fiebre había que buscar dinero y Pepe Meca empezó a ver la otra cara del balompié. Atrapado en su palabra porque iba a tumba abierta, cumplía con los profesionales y el club pagaba lo que había firmado pero si faltaba dinero ya sabía Pepe Meca de dónde tenía que salir: del bolsillo. No tenía descanso entre la construcción que era su oficio y el Poli Almería, con la carretera siempre presente para estar en todos sitios a la vez. El Poli, desde la primera temporada de vida, se quedó sin un duro y muchos directivos se marcharon viendo que la afición no respondía según lo esperado, y las autoridades hacían la vista gorda a un club que alcanzaría la meta de la categoría nacional a las primeras de cambio.



Pepe Meca pasó a ser un presidente sin un duro y de aquella primera directiva se fueron cayendo hombres importante para dar cabida a otros de su confianza residentes en su querido equipo, el Campohermoso.



Polémica



José Meca Hernández no había nacido en el barrio nijareño de Campohermoso. Era de Fernán Pérez, donde desempeñó labores de pastor antes de comenzar a trabajar en la construcción. Nunca sacó pecho por presidir al Almería y se vio envuelto en denuncias de jugadores por impagos y acabó vendiendo el club a su inseparable Miguel Orta, al que llamó en los momentos de zozobra para que le ayudara en la gestión. La primera etapa de Meca en el Poli acabó con el traspaso a Miguel Orta con el equipo en Segunda División B y un reconocimiento de deuda. Aquello empezó con un abrazo y acabó en los juzgados. Las deudas del club empezaron a ser tan importantes que su viabilidad no era posible, y tras bajar a Tercera División se tocó la temida desaparición.


Sencillo

El Poli era su pasión y tuvo a Pepe Guijarro en su primera directiva. Fue precisamente una llamada de él la que le hizo volver a finales de los noventa para buscar el ascenso a Segunda División. Volvió con toda la fuerza y con otro Almería de rival, algo a lo que Pepe Meca no se había enfrentado jamás. Montó enormes polémicas con el Almería CF y con Guillermo Blanes, al que sin conocer en profundidad lo ponía en la diana. El Poli se agotaba y el Ceefe crecía mientras Juan Rojas elaboraba la UD Almería. Aquellas reuniones acercaron al constructor de Campohermoso a Guillermo Blanes. Se conocieron, se abrazaron, lucieron la rojiblanca y hablaron. Blanes y Meca están en la foto de la unión de nuestro fútbol, de igual a igual como pedían. Meca pasó por el fútbol como un ciclón cuando en realidad era una persona sencilla, cercana, cariñosa con los profesionales y daba gusto estar a su lado. Meca era un pastor de gentes e historia de nuestro deporte.


José Meca fue el buen pastor del Almería.


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