Detrás de la pantalla (VI): El Andarax es mejor que el río Ebro

Para los más urbanitas que hemos tardado un par de décadas en salir de la capital hacia campo abierto, el Andarax no es más que una rambla que da cobijo a miles de mosquitos y cuyo servicio a la sociedad es ocasional, como atajo para coches que rehúyen de los atascos los días que juega el Almería y en plena Feria.

Sin embargo, el Andarax está en la Champions League de los ríos, y muchos de nosotros no teníamos ni idea.

No lo digo yo, lo dice esa democracia que es (a ratos) internet. El paseo virtual de hoy me ha llevado a descubrir que en Google, los ríos tienen una puntuación en base a las opiniones de la gente, como si fueran bares o tiendas valorados por sus clientes.

Y aquí es donde toca presumir: el Andarax tiene un 4,4 sobre 5. Y esa nota, que es claramente un sobresaliente, se la ha dado el pueblo, que sabe mucho de ríos y parajes con encanto.

Para contextualizar este hito del río que desemboca junto a una gasolinera y un paseo marítimo sin terminar, basta buscar las puntuaciones de otras grandes corrientes de agua de nuestro país. 

Aquí es cuando la cosa se pone seria: el Andarax tiene más nota que el Segura, el Manzanares y el Ebro, y empata con el Tajo.

Y no lo digo yo, de verdad. Que lo dicen expertos usuarios de ríos y jardines.

Bien pensado, ahora que el Gobierno plantea que los bares no van a abrir hasta que se acabe este fatídico 2020, quizás tenemos una auténtica mina económica ahí, entre El Puche y la desaladora. 

Total, poco va a importar que el Puga tenga más puntos que el madrileño Casa Lucio: no vamos a comer ni fundidos ni huevos rotos, pero con suerte podremos pasear cerca de los matorrales del Andarax. Así que la jugada está clara. Toca cobrar entrada por pasear cerca del río, o en su mismo cauce, si es que deja de llover algún día.

Que esa es otra de las cosas locas que se encuentra uno estos días por internet, lo de la lluvia. Si hay gente puntuando ríos, hay medios que dejan caer, como el que no quiere la cosa, que hay voces que señalan que no deja de llover porque con la cuarentena no salen las famosas (e inexistentes) avionetas anti-lluvia. Desde luego, nos está quedando una ciencia ficción estupenda.