Si hace dos o tres décadas las hortalizas que salían de los invernaderos almerienses estaban con frecuencia bajo sospecha por la presencia de residuos de plaguicidas por encima de los límites permitidos por las autoridades comunitarias, la agricultura de la provincia ha sido capaz de revertir esa situación de forma clara y contundente.
No se trata ya de una percepción, o de las declaraciones de los representantes del sector, el cambio llega avalado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que, en su último informe sobre el contenido de residuos de plaguicidas en los alimentos sitúa a la producción almeriense a la cabeza en garantía y fiabilidad.
el liderato
El informe emanado de la institución europea encargada de velar por la salubridad y la seguridad de los alimentos destaca que la agricultura española se ha situado a la cabeza en el nivel de cumplimiento de la presencia de residuos. Indica que el 97 por ciento de las muestras analizadas están libres de residuos y se encuentran claramente dentro de los límites máximos autorizados por las normativas comunitarias.
Unos resultados que en el caso de los productos hortofrutícolas almerienses están incluso por encima de los que se recogen a nivel nacional, con un porcentaje de muestras limpias de residuos que se aproxima al cien por cien.
Esa garantía refleja el cambio experimentado en la producción almeriense durante las dos últimas décadas, una evolución que se ha desarrollado de forma paralela a la asunción de modelos en los que se prioriza el control biológico para el control de las plagas.
laboratorios
Ese ‘campeonato de Europa’, auténtico termómetro de la salubridad que acompaña a las exportaciones, coloca a la agricultura almeriense en el primer escalafón, superando el grado de cumplimiento de todos los países, entre ellos Reino Unido, Alemania, Francia, Bélgica y Holanda, donde este tipo de características referidas a la salubridad y la seguridad de los alimentos se han convertido en una obsesión desde hace muchos años.
En cualquier caso este tipo de estudios, análisis e informes se convierten en una buena herramienta para competir en los mercados, en especial con los productos que llegan desde terceros países no integrados en la Unión Europea.
El porcentaje de muestras de esos países que se consideran libres de residuos se queda en un 45,1 por ciento, y el de muestras que contenían residuos cuantificables dentro de los límites legales permitidos para los mercados comunitarios alcanzó el 47,3 por ciento.
controles
El decano de los laboratorios de análisis de residuos de plaguicidas del campo almeriense, Labcolor ha valorado muy positivamente los resultados, en la revista Almería en Verde que edita Coexphal, afirmando que la inmensa mayoría de las analíticas dan resultados negativos.
Podemos comer frutas y hortalizas producidas en la provincia con absoluta tranquilidad y con la seguridad de lo que estamos haciendo"
Su director, Francisco García, sostiene que tras estos resultados “podemos comer frutas y hortalizas producidas en la provincia con absoluta tranquilidad y con la seguridad de lo que estamos haciendo. Podemos proporcionar -añade- tranquilidad y asegurar el resultado”.
última campaña
Los últimos datos recogidos por el Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (RASFF en sus siglas en inglés -Rapid Alert System for Food and Feed-) vuelven a destacar que la agricultura almeriense se instala entre las zonas productoras más seguras de Europa y del mundo en cuanto a la salubridad de sus productos.
Ese último informe de la RASFF, que recogía por la publicación digital Hortoinfo, indica que en los siete primeros meses de este año el sistema ha detectado y declarado un total de 301 alertas sanitarias relacionadas con productos hortofrutícolas, la mayoría de las cuales se deben a la presencia en los productos que llegan a los mercados de residuos de plaguicidas por encima de los límites permitidos.
Unas alertas en las que la horticultura almeriense queda fuera dados los altos niveles de control existentes en origen y a la generalización del control biológico para hacer frente a las plagas más frecuentes en el campo.