“De puertas hacia fuera era un patriarcado, pero dentro todo era un matriarcado”

Entrevista a Santiaga, ganadera y agricultora, cuenta la mejor manera de mimar el medioambiente

Santiaga Sánchez Porcel.
Santiaga Sánchez Porcel. La Voz
Nazaret García
20:59 • 04 mar. 2022

Santiaga Sánchez Porcel, natural de Vélez Rubio, es agricultora y ganadera desde bien joven. Incluso, ya tenía claro que era a lo que quería dedicarse, pues su familia puso todo el empeño en inculcarle el amor que sentían por el campo. Fue entonces cuando apostó por modernizar sus explotaciones, descubriendo así que la mejor manera de hacer agricultura era haciéndola sostenible. 



Ganadera y agricultora, entiendo que el amor por el campo te lo inculcaron desde el núcleo familiar, ¿no?



El amor por la ganadería me lo inculcó mi padre desde chiquitita, y el amor por las tradiciones que engloban a ese mundo pastoril, agrícola y ganadero me lo inculcaron mi madre y mi abuela, esas mujeres que siempre han habitado conmigo y en mí.



¿Por qué descubres que la mejor manera de hacer agricultura es haciéndola ecológica y sostenible?



Descubrí el vorágine en el que habíamos entrado... Sobre todo en la modernización del campo cuando entra la maquinaria, los insumos... Con la dependencia de unas empresas que queríamos que dependiésemos de ellos, fue como me di cuenta de que no era sostenible de ninguna de las maneras. Económicamente íbamos a depender siempre de insumos, de comprar fertilizantes, de comprar citosanitarios, e incluso, muchas veces ni los necesitábamos o los íbamos a necesitar. Entonces fue cuando me di cuenta que económicamente tampoco, y cambié el chip. A finales de los 90 empecé a poner en ecológico los almendros, el ganado, los cereales y los pastos, y hasta ahora. 



¿Consideras entonces que fuiste impulsora en Almería de un modelo que ahora se exige tanto para el medioambiente?



Sí, pero de hecho no solo yo, sino toda la comarca fue pionera en la agricultura ecológica cuando nos consideraban medio locos. De hecho, lo más bonito que nos decían eran 'ecologistas verdes'. Hoy en día es un orgullo que nos digan eso. Y sí, me considero pionera en vislumbrar que lo que a mí me habían dejado mis padres, y a la vez los suyos, me lo iba a cargar en poco tiempo y no le iba a poder dejar a los míos ni la mitad de lo que me dejaron a mí.



Háblanos de tu proyecto de ecoagroturismo, 'las Rutas de Santiaga' ¿en qué consiste? 

Era un poco todo como un sueño, referente a esas tradiciones de las que te hablaba que me inculcaron mi abuela y mi madre de pequeña. Yo solo pensaba en que un día yo quería mostrar a la gente esta sabiduría, saberes y sabores que estas mujeres me habían regalado. Mientras me surge la necesidad de poner la ganadería en ecológico, en 2013 ya consigo tener el cordero segureño certificado en ecológico, pero claro, después se abrió el interrogante de dónde podía venderlo.


Entonces fue cuando uní las dos cosas: la necesidad de darle promoción a esa diferenciación de carne con el sueño que yo tenía. Entonces inicié 'las Rutas de Santiaga', es decir, ecoagroturismo en Los Vélez. Allí recibo a la gente con un desayuno campero con todos los productos comprados en la zona o hechos por mí, como son los embutidos, las almendras, los turrones, el paté de cordero, y un largo etcétera. También tenemos pan, que está terminándose de cocer en un horno moruno de más de 100 años de antigüedad. Luego le cuento la historia de la comarca y del cordero segureño, hacemos una ruta por las zonas de trabajo... Todas esas cosas se las cuento y hago que mi cliente ya sea fiel. 


Es curioso cómo nos sorprendemos de realidades que siempre han estado ahí y que se nos ha olvidado

Es sorprendente cómo parece que nos estamos inventando términos como resilencia, sostenibilidad, agricultura regenerativa... Eso ya se hacía antes, ya estaba inventado. Antes se hacía una agricultura con sentido común y con productos de cercanía, y había una economía de círculo cerrado y sostenible.  


Un ejemplo de la visibilización de la mujer en la agricultura y ganadería, ¿en qué punto se encuentra la mujer en el sector primario?

Hemos avanzado mucho, quizás seamos el sector que más ha avanzado en la mujer porque estaba tan atrasado debido a que el mundo rural profundo era super cerrado y atrasado, además de machista a tope. Entonces, como estábamos tan atrás, hemos avanzado más rápido que otros. De todas formas, aún queda mucho trabajo por hacer, pero he de reconocer que cuando yo me inicié como joven agricultura en los 90 y entro a formar parte de una comercializadora de leche, fui la primera mujer que formó parte del consejo rector. Recuerdo que me aceptaron como florero, entre comillas. porque era joven y bonita y pensarían que les iba a divertir las madrugadas, porque claro, nos reuníamos por la noche. Y por supuesto, he de reconocer que he tenido que trabajar mucho más que ellos, llevar mis deberes hechos y mostrarles cambios inminentes. Y al final tuvieron que aceptarme como una más. 


Imagino que con todas las complejidades que conllevaba

Sí claro, y todo lo que me supuso. También pienso que las mujeres no nos podemos excusar en que no estamos en los grandes consejos donde se toman las decisiones porque no nos acepten o por la conciliación familiar. Sí, es cierto que es un extra que no facilita nada las cosas. Pero hay que dar un paso al frente y decir que una puede, aunque vaya a costar un poco más, pero hay que estar ahí. No podemos culpar solo a los hombres, sino también a nosotras. Esto, solo entrecomillas, nos excusamos a veces en que no podemos por los hijos, por tener trabajo doble... Sí, es cierto, pero si quieres puedes. 


El problema es que nos han hecho asumir que ya llevamos esas complejidades a las espaldas

Claro, es que nos viene casi en vena y eso no se cambia tan rápido. 


Entonces sí que hay más presencia femenina

Hay más presencia femenina. En este sector, en los últimos diez años, hay mucha más presencia femenina en consejos, asociaciones... En cualquier poder de decisión hay más presencia femenina. Las jóvenes que se están introduciendo o las nuevas flotas que están viniendo ya mediamos, ya somos el 50%. Hace dos décadas, éramos el bicho raro. 


Antes comentabas lo importante que era la presencia de tu madre y de tu abuela, ¿cómo influyeron en la sombra?

Lo que te comentaba antes sobre lo atrasado que estaba el mundo rural, lo machista que era, porque era un patriarcado, aunque de las puertas de la casa hacia fuera. Pero dentro todo era un matriarcado. Las abuelas eran las que gestionaban, organizaban, conciliaban... Ellas eran las emprendedoras, las que manejaban el dinero. Tenían una gran importancia y relevancia todas esas mujeres que encima no tenían acceso a la educación.


He podido comprobar que tenías en 2020 un programa de acogida y formación de jóvenes en tu finca, ¿cuán relevante es introducir y dar oportunidades a los jóvenes en el mundo agrario y ganadero? 

Es clave porque están un poco perdidos, a veces les dicen que el campo no tiene oportunidades. Pero es importantísimo que una le cuente cómo empezaste y también contarle que es duro, que hay que trabajar mucho, pero que como todos los trabajos en la vida sin esfuerzo y constancia no se llega ni a este mundo ni a ninguno. Tienen que ver la esperanza, que están trabajando 'en vivo', en un bien social a la sociedad y que se puede vivir muy dignamente de este oficio. Incluso en las aulas ni se lo cuentan, por eso tienen que verlo y vivirlo. Vienen con nosotros a ordeñar, a hacer quesos, la poda, la importancia de las cubiertas del suelo, mantener el suelo, tener en cuenta la vida que hay debajo... 


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