-
Historias almerienses sobre el paisaje (I): A la defensiva
-
Historias almerienses sobre el paisaje (II): Laderas y balates
-
Historias almerienses sobre el paisaje (III): Un modelo de sedimentación humana
-
Historias almerienses sobre el paisaje (IV): Un sotavento mediterráneo
-
Historias almerienses sobre paisaje (V): El “gobierno” del agua
-
Historias almerienses sobre el paisaje (VI): El gran vacío del sureste
-
Historias almerienses sobre el paisaje (VII): La región urbana Almería-Poniente
-
Historias almerienses sobre el paisaje (VIII): El modelo turístico
-
Historias almerienses sobre el paisaje (IX): Extrañamiento
-
Historias almerienses sobre el paisaje (X): Habitar el subsuelo
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XI): La posibilidad de una isla
-
Historias almerienses sobre el paisaje: Almería y el paisaje (primera parte)
-
Historias almerienses sobre el paisaje: Almería y el paisaje (segunda parte)
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XIV): Raritos
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XV): crisis del modelo agrícola
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XVI): Ciudad a la fuga
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XVII): Momentos de historia urbana
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XVIII): Una ciudad de huertas y vegas
-
Historias almerienses sobre el paisaje (XIX): Aire
La serie Virado a Jibia (Historias almerienses sobre el paisaje, en la versión digital) ha ofrecido en las 19 entregas anteriores un conjunto de miradas sobre el entorno geográfico de la provincia de Almería. Por la manera de desgranarse esta serie, deliberadamente desordenada, podría dar una sensación de casualidad o fragmentación. Es un riesgo aceptado, el peaje que hay que pagar por la heterodoxia.
Lo que pretendo en estas líneas es una síntesis de sus contenidos, mediante un relato en cuatro tesis y una coda, que establezca la conexión entre las propuestas de las distintas entregas. Muchos temas han quedado en el tintero, y así debe ser. La realidad a la que se refiere Virado a Jibia es, como todas las realidades territoriales, compleja, poliédrica e inabarcable. La selección de los temas y su enfoque dan cuenta de una mirada alejada de lo convencional; una mirada que pretende iluminar aspectos que no suelen estar presentes en los discursos habituales.
Primera tesis: el espacio geográfico almeriense es especial
Lo es, de entrada, por sus singularidades físico-ambientales: es un espacio montañoso (VJ2, laderas y balates), árido (VJ5, el gobierno del agua) y de vertientes mediterráneas (VJ4, un sotavento mediterráneo). También es un espacio diverso, por lo que estos rasgos generales encuentran matices: entre las montañas se sitúan valles que albergan el asentamiento y los aprovechamientos más intensos. La sedimentación ha producido llanuras y terrazas litorales que han acabado siendo el solar de la mayor parte de la población, como veremos. La elevada altitud de las sierras en la provincia produce unos islotes pluviométricos que matizan la aridez estructural.
Segunda tesis: un lugar en el sureste
La singularidad almeriense hay que interpretarla en un contexto más amplio: el sureste. No todo el sureste está en Almería (partes de Granada, Jaén y Murcia también están incluidas en la delimitación de esta región sentimental). Pero toda Almería es sureste. Esta “región” se caracteriza por su debilidad demográfica (VJ6, el gran vacio del sureste), que produce el aislamiento estructural que padecemos (VJ11, la posibilidad de una isla).
Tercera tesis: una identidad debilitada por los cambios demográficos y productivos
La identidad almeriense se basa en la adaptación a un entorno singular, lo que produce culturas territoriales igualmente originales. Esa cultura rural, en lucha por el agua y con sus propios mecanismos de defensa (VJ10, habitar el subsuelo), pierde vigor como consecuencia de las migraciones interiores (VJ3, un modelo de sedimentación humana) y exteriores (VJ9, extrañamiento). La nueva y crecida población almeriense se resitúa en el espacio (VJ7, la región urbana Almería-Poniente), en torno a las actividades agrícolas (VJ15, crisis del modelo agrícola almeriense) y turísticas (VJ8, el modelo turístico). A la singularidad de nuestro entorno, se suma la de nuestra aventura socioeconómica y territorial. No es sorprendente que nuestros vecinos nos consideren extraños (VJ14, raritos).
Cuarta tesis: Almería como ciudad ignota
La ciudad de Almería, crisol de todas las identidades almerienses, ha sido estudiada y documentada desde antaño, aunque no con la intensidad y el acierto de otras ciudades de nuestro entorno. Recientemente un grupo de sedicentes “patrimonialistas” produce un acercamiento interesante a este hecho urbano, pero marcado por una mirada objetual, anecdótica y carente de una pretensión holística. En la serie se han sugerido algunos rasgos transversales que pueden contribuir a paliar esta situación. (VJ1, a la defensiva, VJ16, a la fuga, VJ17, momentos de historia urbana y VJ18, una ciudad de huertas y vegas).
Coda: Almería y el paisaje
El paisaje se forma en la mirada, que se nutre de memoria, conocimiento y emoción. Además de la pretensión general de influir en la percepción de nuestro espacio geográfico y nuestra identidad, que afecta a todas las entregas de la serie, el paisaje ha sido objeto específico de algunas entregas (VJ12 y VJ13, Almería y el paisaje) y en la última (VJ19, aire), llamando la atención sobre la capacidad narrativa y simbólica de ese elemento.
Concluida la serie, debo agradecer las múltiples muestras de aprecio por sus contenidos que he recibido durante estas semanas, y desear que los lectores hayan podido obtener una parte de la satisfacción que yo he experimentado elaborándolas.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/209722/historias-almerienses-sobre-el-paisaje-y-xx-recapitulando