La destrucción de la Plaza de Pavía

De lo que fue la arquitectura de la Plaza de Pavía ya solo quedan dos casas


Cuando los curas salían hasta en la sopa

No había negocio en Almería que no se inaugurara con unas gotas de agua bendita


La regadora: sus críticos y sus seguidores

Todos los ayuntamientos tenían su coche-cuba para regar las calles, las fachadas...


Los defectos del novio de la niña

El paso más duro en un noviazgo era entrar en la casa y conocer a los padres de la novia


La vocación de joder con la pelota

Éramos una tortura para los vecinos, que nos mandaban a darle pelotazos a nuestra ‘santa’ madre


Las sirenas que avisaban de las bombas

Dos pitos alertaban a la población: en la fábrica de Oliveros y en el Puerto de Almería


Del Lion D’or al edificio de Marín Rosa

El Café Lion D’or marcó una época en el piso bajo del edificio del Hotel Inglés en el Paseo


El hotel que fue refugio en la guerra

El sótano del Hotel Inglés, donde cayó un obús en 1937, fue utilizado como refugio



Cuando nos dio por bailar sevillanas

En mi infancia las niñas tenían la ilusión de hacerse un vestido de gitana para la feria


Los héroes de la grada de preferencia

La preferencia era la grada principal del Franco Navarro


Los que resisten en la calle Hércules

Hay tres vecinos que no han aceptado la oferta económica para que abandonen sus viviendas


Las calles que bautizaron en 1950

El crecimiento de la ciudad obligó a retocar el callejero y a darle nombre a las nuevas calles


Cuando la maestra era ‘la señorita’

Las señoritas no nos pegaban con la vara y nos repasaban el pelo si íbamos mal peinados


La batalla de las mujeres del estraperlo

La figura inolvidable del follonero

El feriante de la Plaza de Moscú


Las casillas de ventana y chimenea

Las novelas que ‘daban’ por la radio

Los años de la confitería Santelmo

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