Hasta que la casa se les caiga encima

Una familia del casco histórico sigue esperando que Aqualia le arregle la casa


La Vuelta y ‘el bigotes’ de Filomatic

A comienzos de los 70, Almería fue una de las paradas obligadas de la Vuelta Ciclista


La calle del Asilo y de las Jesuitinas

Era el último tramo de la calle de la Reina, la de los viejos del Hospital y la del colegio


La fauna que poblaba las calles

Los rebaños de cabras fueron tan habituales por las calles de Almería como los conejos


El papel pintado de la vecina

En los años 70 nuestras casas se adornaron con la moda del papel en las paredes


La Vela que sostenía la Alcazaba

A finales del siglo XIX los muros de la Alcazaba eran una ruina.


La libertad de los niños de la vega

Jugaban entre los cañizos, corrían por las veredas sin temor a los coches ni al reloj


Pérez Siquier y la fuga del tiempo

Carlos se sentía tan joven que no quería oir hablar de la muerte



El decorado de la cruz y la bola terráquea

El crucifijo presidía las aulas como una señal del sacrificio que nos esperaba dentro


La estatua de la Caridad y el olvido

Nació olvidada. Llegó siete años después de la catástrofe de 1891 y fue colocada con desgana


Las últimos recuerdos del instituto

Con la vuelta a clase de septiembre volvemos a revivir aquellos años de adolescencia


La manzana de la fábrica del gas

Era la ciudad industrial y en los veranos se convertía en el escenario del ocio playero


El viejo ritual de lavarse en un barreño

El barreño de zinc formó parte de nuestro inventario infantil


Pepe Rey y sus temibles guerreros

El querido camarero del Café Suizo

Las tardes de los camisas azules


El insoportable solar de Careaga

Los tíos más chulos de la piscina

La pobreza asomada al balcón

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