-
Diario de una cuarentena (I): Espío a mis vecinos
-
Diario de una cuarentena (II): Mensaje en una botella
-
Diario de una cuarentena (III): Miedo atávico
-
Diario de una cuarentena (IV): La lista de la compra
-
Diario de una cuarentena (V): El último día en la tierra
-
Diario de una cuarentena (VI): Domingos metafísicos
-
Diario de una cuarentena (VII): La chica del búnker
-
Diario de una cuarentena (VIII): Pura supervivencia
-
Diario de una cuarentena (IX): Un plato de guisillo para tu vecina
-
Diario de una cuarentena (X): El banco de tu pueblo
-
Diario de una cuarentena (XI): Hacer los ejercicios
-
Diario de una cuarentena (XII): Un ciclista en el garaje
-
Diario de una cuarentena (XIII): La Policía del visillo
-
Diario de una cuarentena (XIV): Teoría contra el pesimismo
-
Diario de una cuarentena (XV): La trampa
-
Diario de una cuarentena (XVI): Incursión extraterrestre
-
Diario de una cuarentena (XVII): Romeo de balcón
-
Diario de una cuarentena (XVIII): Secuestro en territorio amigo
-
Diario de una cuarentena (XIX): Un robo en la escalera
-
Diario de una cuarentena (XX): Una carta en el buzón
-
Diario de una cuarentena (XXI): Sofá, chándal y dos kilos de más
-
Diario de una cuarentena (XXII): Una diva confinada
La ropa tendida nos delata. Hemos cambiado los vaqueros por los leggins, las camisas blancas por las sudaderas, las medias sexis por los calcetines térmicos. Tengo una conocida que ha creído ver colgados en su barrio más manteles de cuadros de la cuenta y ha desarrollado toda una teoría sobre la sobremesa. Es bonito pensar que esta cuarentena ha vuelto a sentar en el comedor a familias enteras. Me gusta imaginar que han dejado de comprar ensaladas artificiales que engullen en cinco minutos en el trabajo y ahora cocinan a fuego lento en la olla reservada para los domingos. De postre, comentan la jugada: la curva que no termina de bajar, la manía tan fea que tienen los políticos españoles de echarse los muertos a la cara o el vídeo tonto sobre cómo será la próxima Feria de Almería en la que una chica vestida de gitanilla da vueltas sobre sí misma mientras otra bebe vino dulce y come barquillos.
Mis redes sociales están llenas de fotos de gente A. C. (antes de la cuarentena). Se ven en conciertos, en la playa o en bares con frases del tipo ‘éramos felices y no lo sabíamos’. Y puede que sea verdad. Pero yo procuro mantener a raya la nostalgia y busco pequeñas formas de hacerme sentir bien, vaya a ser que levanten el estado de alarma y ahora resulte que echamos de menos rutinas del confinamiento. De hecho, sé de una señora mayor que se sentía muy sola porque está viuda y sus hijos viven lejos y estos días está feliz de la vida porque esta locura ha retenido a su hija a su lado. Está tan concentrada en mimarla y disfrutar de ella que hasta ha dejado de coger el teléfono a las amigas. Yo creo que lo del Covid-19 es invento suyo.
Antes he oído unos pitos en la calle que sonaban cada vez más seguidos y se me ha ocurrido que igual alguien ha creado ya un detector como el de metales, pero de coronavirus. Es una pena que me haya dado pereza levantarme a comprobarlo. A veces estoy tan concentrada en la mesa que intento traerme un vaso de agua con el poder de la mente. Me parece que el otro día conseguí que se moviera un poco. A este paso voy a acabar haciendo el diario sin salir de la cama en honor a Truman Capote, que confesó ser un escritor completamente horizontal. "No puedo pensar a menos que esté acostado", declaró en una entrevista.
“A aquellos que están esperando el apocalipsis: ¡Quitaos de en medio! Queremos ver la primavera”, ha publicado en Facebook para espantar a los agoreros la poeta Francisca C. Sánchez junto a una foto de unas flores. Poco después he sabido por un hilo de Twitter que un madrileño se ha comido un narciso creyendo que eran ajos tiernos y se ha visto obligado a llamar a toxicología. A veces hay que tener cuidado con lo que se desea.
Consulte el artículo online actualizado en nuestra página web:
https://www.lavozdealmeria.com/noticia/5/vivir/191296/diario-de-una-cuarentena-xxiii-muevo-vasos-con-la-mente
Temas relacionados
-
Redes sociales
-
Facebook
-
Confinamiento
-
Feria de Almería
-
Twitter
-
Política
-
Bares
-
Conciertos
-
Estado de alarma
-
Vecinos